En tránsito
Eduardo Jordá
La inocente ChatGPT
El salón de los espejos
La financiación de las comunidades autónomas es un tema poco ciudadano, es cierto. En los tiempos de la inmediatez, del tiktok y de todo lo que sea fluido, pararse a pensar en los criterios técnicos de reparto del dinero público entre las comunidades autónomas parece una utopía. Pero la realidad es que nos afecta directamente a los servicios públicos que recibimos.
En estos días de vacaciones y viajes, invito a los andaluces a disfrutar de las maravillosas carreteras del País Vasco. Da gloria verlas... igualito que nuestra AP-4 los domingos por la tarde. O cualquier otro día de la semana porque cuando no hay atascos se ven las enormes cicatrices que nos ha dejado la marcha del peaje en el asfalto.
Ahora sabemos, así nos lo ha dicho esta semana la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que en Cataluña el PSC está negociando con Esquerra Republicana una fórmula fiscal similar a la de los vascos y navarros: ellos recaudan, gestionan y establecen todos y cada uno de los impuestos que se pagan en su territorio y luego abonan al Estado un cupo por los servicios que presta allí. Vamos, que rompen la caja común.
Esta pretensión de Cataluña no es nueva ni mucho menos pero llama la atención que la estén acordando directamente los socialistas catalanes. “El Gobierno no participa en esta negociación”, ha dicho Montero.
¿Tienen ellos competencias para cambiar las reglas de juego del Estado? ¿La tienen sólo los socialistas catalanes o los andaluces también? Estoy segura de que al presidente castellano manchego, el socialista García Page, no le han llegado estas atribuciones porque no para de quejarse, y con toda la razón, de la infrafinanciación de su comunidad autónoma. Igual que Murcia, Valencia y Andalucía.
La realidad es que las comunidades del Sur seguimos estando en un segundo plano en España. Llevamos más de 40 años de Democracia, tenemos autonomía para dirigir el futuro de nuestra tierra, pero no contamos con los medios de los que sí disponen en el Norte. El discurso de agravio y de la confrontación no está manido, desgraciadamente para nosotros, por más que lo hayan utilizado todos los presidentes andaluces empezando por Manuel Chaves.
No sabemos muy bien cómo va a terminar esta financiación singular para Cataluña pero ya nos podemos ir tentando la cartera. Es verdad que el Ministerio de Hacienda va a repartir en 2025 más dinero para todos (un 9,5% más) y eso es una magnífica noticia. El problema es por qué siempre les toca a otros llevarse la mejor parte de la tarta.
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