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La Sala Penal del Supremo recurre la amnistía aduciendo que “repugna al derecho constitucional de igualdad ante la ley”, transgrede los límites constitucionales, contraviene “el principio de seguridad jurídica” y altera “las bases de la convivencia democrática”, concluyendo: “No estamos aquí ante un debate político de mayor o menor calado. Son los principios constitucionales y el sistema democrático mismo, –no tan fácil de conseguir y preservar como la perezosa costumbre suele hacernos creer–, los que están aquí en cuestión”.
El Supremo, pues, da la razón a Sánchez. Pero no al de ahora, al pos 23-J, que este hombre tiene más caras que Lon Chaney, sino al de noviembre 2019 que dijo: “Nadie está por encima de la justicia… Puigdemont es un prófugo de la justicia. Trabajaremos para que el sistema judicial español, con todas sus garantías, pueda juzgarlo con imparcialidad”. Y al de septiembre de 2021 que dijo: “Es evidente que, para el independentismo, el referéndum y la amnistía es su propuesta. Y para nosotros ni el referéndum ni la amnistía es posible. La amnistía y el referéndum no son posibles porque la Constitución no los incorpora”. Y al de noviembre de 2022 que dijo que la amnistía es “algo que, desde luego, este Gobierno no va a aceptar porque no entra en la legislación y en la Constitución española”. Y al de julio de 2023 que dijo, antes del día 23: “El independentismo pedía la amnistía y no la ha tenido, lo que han tenido son indultos condicionados… Llevo cinco años gobernando, el independentismo pedía la amnistía y no la ha tenido”.
Es a estos Sánchez de 2019, 2021, 2022 y 2023 a quien el Supremo acaba de dar la razón frente al posterior a las elecciones del 23-J que concedió la amnistía a cambio de siete votos. Cosas de las personalidades múltiples: lo que contradice a una da la razón a otra. Lo asombroso es que aún haya tantos que confíen en él. Solo lo explica la ceguera voluntaria del hooligan político que prefiere equivocarse con el partido a tener razón fuera de él o el miedo de quienes han sido convencidos de que si gana el PP saldrán de los armarios las camisas nuevas que bordaste en rojo ayer y volverán banderas victoriosas al paso alegre de la paz. Y ni exagero, ni esta mención es caprichosa. Defendiendo la eurovisiva Zorra Sánchez dijo: “Entiendo que a la fachosfera le hubiera gustado tener el Cara al sol, pero a mí me gustan más este tipo de canciones”.
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