El balcón
Ignacio Martínez
Motos, se pica
Línea de Fondo
CUANDO nos convertimos en sectarios pasa lo que pasa, se repite la misma historia, pero nos da igual, porque eso es lo que conlleva radicalizarnos en cualquier sentido. El resultado de la selección española poco importaba, más allá de los llantos de alegría o de tristeza, antes de la final había una utilización sectaria de los jugadores y después de la final sigue existiendo una manipulación extremista e intransigente de los mismo.
Lamine Yamal como arma arrojadiza de unos y los otros. Todo sea por defender una idea excluyente en la que el debate por supuesto está totalmente descartado. Álvaro Morata como otra piedra con la que golpear al de enfrente. Le Norman, Laporte, Mikel Merino y hasta el propio Luis de la Fuente. Todo el espectro de pensamiento en la sociedad española utilizando a tal o cual jugador para sus intereses ideológicos, futbolísticos, religiosos o de cualquier otra índole.
Hemos sido tan obtusos que no hemos querido ver lo que teníamos delante de nosotros. El equipo nacional español era solamente eso, un equipo. Un grupo de jugadores y técnicos que ha actuado como un equipo, en el que los intereses individuales no han existido, donde los egos no han estado presentes, donde el bien común ha sido la norma que ha prevalecido por encima de cualquier nombre, de cualquier interés individual.
Los resultados pueden salir o no, pero si en el camino se trabaja en equipo, si se da lo máximo por el colectivo, te puedes ira a casa con la tranquilidad de haberlo intentado con honestidad y orgullo. Si encima ganas ya ni te cuento...
El ejemplo, el modelo a seguir, la forma de trabajar por mejorar nuestro país nos la ha mostrado la selección desde el primer día hasta el último. Ni jóvenes, ni veteranos, ni madridistas, ni barcelonistas, ni vascos, ni catalanes o andaluces, ni ... así podría seguir enumerando muchas de las posiciones enfrentadas, que no debates, que tenemos abiertas en estos tiempos en la sociedad española. El bien común, el esfuerzo compartido, el trabajo en equipo es la respuesta para cicatrizar tantas heridas abiertas que nos están desangrado como sociedad.
Pero la Eurocopa 2024 ha terminado y en los medios de comunicación, en las redes sociales, en el trabajo o en los bares seguiremos despedazándonos los uno a los otros como buenos españoles. En fin, es lo que hay, como dice el sabio refranero español no hay más ciego que quien no quiere ver. ¡Que viva España y sus gentes!
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