Marco Antonio Velo
En la prematura muerte del jerezano Lucas Lorente (I)
La Asociación Jacobea de Jerez de la Frontera 'Sharish' hunde las raíces históricas jacobeas en aquél siglo I d.c. en que el Apóstol Santiago vivió, peregrinó hasta el fin del mundo evangelizando, según mandato de Jesús imbuido por el Espíritu Santo, aquel día en que junto al resto de discípulos y la Madre de Jesús, fueran llenos y marcharan a predicar la palabra que Cristo les enseñó.
Es así que ya por aquellos entonces, el vino estuvo presente y fue parte importante hasta nuestros días, en la Santa Liturgia Eucarística, cuando dijo el Maestro, al alzar el cáliz “Esta es mi sangre…”.
También Pedro y Pablo probaron de ese vino y de sus amargores, pero especialmente Pedro al evangelizar en Roma fuera quien probara las mieles y “hieles” de los vinos llegados en muchos casos desde la Hispania Romana y quizás más concretamente desde el denominado Ager Ceretanus, citado por Columela y del que podemos encontrar certeras citas en la obra “Hasta Regia y Ceret”.
Muy posiblemente, también el Apóstol Santiago lo probaría en más de una ocasión en su discurrir por las tierras dominadas por Roma, buscando el Finisterrae y donde en cuyo Campus Stelae, encontrará la paz, tras su sacrificio en Palestina y posterior “Traslatio” hasta tierras galaicas por sus discípulos.
Vinos de conquista, de descubrimientos, vinos que surcaron las aguas del Guadalete y que fueron envejeciendo surcando los mares de medio mundo.
Pues bien, veinte siglos después, el vino de Jerez sigue presente y con fuerza desmedida, divulgando sus aromas y siendo saboreados por millones de paladares, en especial esos caldos que, envejecidos en barricas de roble desde antaño, han ido recogiendo y guardando el secreto de sus efluvios y sabores por decenas de años.
Fue el pasado año 2021 con motivo del Pontifical de Vísperas del día del Apóstol, organizado por esta asociación, cuando comenzaron a estrecharse lazos entre Bodegas Tradición y esta asociación, pues fue pedirles el favor de podernos entregar el vino para la consagración en aquel Pontifical presidido por el Emmo. y Rvdo. Cardenal Emérito de Sevilla, Fray Carlos Amigo Vallejo, tristemente fallecido hace escasa fechas, cuando sin dudarlo un instante, el bueno de Manuel Marín, Archivero de la Bodega, cuidador de legajos de historia, amante del arte y conocedor de los secretos de los vinos, quien nos facilitara ese vino que habría de convertirse en la “Sangre de Cristo”.
En diciembre de ese mismo año 2021, con motivo de haber sido invitado el Presidente de esta asociación jacobea a participar en Santiago de Compostela del “Foro Xacobeo” por la Sociedad Anónima de Xestión do Plan Xacobeo dependiente de la Axencia de Turismo de Galicia, cuando de nuevo volvemos a pedir el favor de llevar hasta tierras “galegas” nuestros caldos, para la Consagración de la Misa de Peregrinos a la que asistiríamos todas las asociaciones españolas representadas en aquel encuentro.
El mismo iba debidamente embotellado, lacrado y cerrado en su caja de madera donde además llevaba un escrito de la propietaria de Bodegas Tradición y que fuera entregado al Deán de la Catedral de Santiago de Compostela, D. José Lago.
Así, se hizo y así sucedió. Durante ese fin de semana, en las misas de peregrinos, en el momento de la Consagración estaría presente Jerez, Jerez de la Frontera, por medio de este vino “viejo” tan gentilmente obsequiado a la Catedral de Santiago de Compostela.
Aquel escrito, dirigido al Sr. Deán tuvo su respuesta y así, D. José Lago contestó a la misiva, solicitando que a partir de este año, pudiera enviarle, cada año, ese “buen vino jerezano” para la Consagración en la Misa Institucional, presidida por el Exmo. y Rvdo. Sr. Arzobispo de Santiago, D. Julián Barrio Barrio, en el Día de Santiago, Patrón de España, cosa que Manuel Marín agradeció por escrito de la propietaria de Bodegas Tradición pero añadiendo un favor, que por ser muy personal obviaré en este escrito.
Ya todo se ha consumado… Santiago de Compostela y en especial su Catedral y aquella talla revestida de millones de abrazos, olerán a Jerez, a los buenos “caldos jerezanos”, a aquellos que solo se toman en ocasiones especiales como estas comentadas.
Los vinos de Jerez y especialmente estos denominados VORS, más que viajar, peregrinaran por el Camino Ceretano, por la Vía Augusta y la Vía de la Plata, hasta plantarse en el Altar del Presbiterio de la Catedral que guarda en cofre de plata, las reliquias del Apóstol Santiago.
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