Editorial
La victoria de Trump vista desde Andalucía
Editorial
Ha sido el propio presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, quien ha advertido que la comunidad tiene un problema con los contagios de coronavirus en los menores de 30 años y en su ocio, señalando que estos jóvenes "han relajado completamente" las medidas de protección frente al virus. Dicha afirmación nos pone ante dos problemas: uno coyuntural y otro estructural. El primero es cómo conseguir, de una manera rápida y eficaz, que los más jóvenes dejen de ser agentes activos en la transmisión del virus, sobre todo de las preocupantes nuevas cepas que están surgiendo. Es evidente que la situación no puede continuar así y que la única manera para lograrlo es actuar de inmediato en los sitios de sociabilización de la juventud, tanto con medidas de información y formación como con otras más represivas, que van desde las sanciones por no portar las mascarillas hasta el cierre inmediato de los locales y eventos que incumplan los aforos establecidos. Todos hemos sido jóvenes y sabemos que es edad especialmente proclive a las relaciones sociales y a ignorar las normas impuestas por los adultos, pero habrá que actuar con contundencia si no queremos que este verano asistamos a un lamentable rebrote del virus pese a lo avanzado de la campaña de vacunación. El segundo problema, decíamos, es estructural, mucho más complejo de abordar y que requiere de una acción a largo plazo. Hay que replantearse la educación que estamos dando a nuestros jóvenes, tanto en el sistema de enseñanza como en el ámbito familiar. Llevamos décadas fomentando en la juventud los antivalores del consumismo y el hedonismo, sin que a cambio se les exija compromiso y responsabilidad con la comunidad y la propia familia. Aparte habrá que analizar una industria del ocio juvenil que fomenta la irresponsabilidad social. Es hora de empezar a actuar.
También te puede interesar
Editorial
La victoria de Trump vista desde Andalucía
Editorial
Trump: una victoria contundente y preocupante
Editorial
Un fiscal general sin móvil
No hay comentarios