Crímenes que no pueden quedar impunes

Editorial

La sociedad necesita herramientas como la prisión permanente revisable para defenderse de criminales especialmente peligrosos y brutales

15 de noviembre 2021 - 01:37

Bernardo Montoya, el único acusado por el brutal asesinato de la joven profesora zamorana Laura Luelmo, se sienta hoy en el banquillo casi tres años después de este suceso en El Campillo (Huelva) que sobrecogió a toda España en 2018. Tanto la Guardia Civil como la Fiscalía creen que el presunto asesino sometió a su víctima a una muerte lenta y extremadamente cruel que duró 78 minutos, agravada además por la violación y el secuestro. Por todo ello, la Fiscalía pide que se condene a Bernardo Montoya a prisión permanente revisable por un delito de asesinato, además de a 20 años de cárcel por violación y otros 12 por secuestro. No es el papel de un periódico juzgar a nadie. Será la Justicia -en este caso, un jurado popular- el que decida la culpabilidad o inocencia del acusado, quien se declaró responsable de la muerte de Laura Luelmo apenas tres horas después de ser detenido por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil. Pero sí es la misión de un periódico exigir que se haga justicia y que si el acusado es declarado culpable de unos hechos tan deleznables se aplique la ley en todo su rigor. En los últimos tiempos han surgido opiniones en contra de la prisión permanente revisable, alegando el principio de nuestro sistema penal de que la reinserción de los presos debe primar sobre cualquier otra cosa. No compartimos dichas opiniones. En primer lugar, porque los jueces están aplicando dicha pena de una manera muy prudente, casi con cuentagotas. En segundo, porque compagina el derecho a la reinserción del penado (que sigue existiendo) con el de la sociedad a defenderse de unos criminales extremadamente peligrosos y crueles. Nunca debe olvidarse que Bernardo Montoya ya había sido condenado por el brutal asesinato de una anciana que le sorprendió mientras robaba en su domicilio.

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