Editorial
Europa: el precio de la soledad
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Por primera vez en su historia democrática reciente, el pleno del Ayuntamiento de Jerez rechazó ayer el proyecto de presupuesto municipal presentado por el gobierno presidido por la alcaldesa socialista Mamen Sánchez. El PSOE sólo consiguió los votos a favor de sus concejales, los de Izquierda Unida y los de Ciudadanos, que fueron insuficientes ante los de los ediles del Partido Popular y de Ganemos. Se pueden extraer numerosas lecturas políticas de este hecho pero también muchas otras desde el punto de vista ciudadano, pues el rechazo al presupuesto incidirá aún más en la parálisis que ya sufre Jerez desde hace meses. Hay que partir de la base de que el gobierno local tiene los pies de barro desde que Mamen Sánchez se presentó a la Alcaldía en el pleno de 2015 en el que recibió el apoyo a la investidura de Ganemos e IU. Estos dos partidos no quisieron entrar en el gobierno entonces, lo que dejó al PSOE en una situación muy frágil, pendiente siempre de un hilo. Ganemos ha acabado pidiendo la cabeza de la alcaldesa año y medio después, pero no ha dado el paso de promover una moción de censura. En el otro lado, el PP, la fuerza más votada en las elecciones de hace un año, ha reaccionado ante el acuerdo que la dejó sin gobierno con una posición firme, no dejando pasar una al PSOE. Estas posturas inmovilistas, ni promoviendo un cambio de gobierno ni aprobando el presupuesto, dejan a la ciudad en una situación de bloqueo que acabarán pagando los más débiles. Cáritas, una oenegé de la Iglesia que no es precisamente sospechosa de ser de un partido u otro, ha alertado estos días de las consecuencias que la falta de acuerdo político está teniendo entre quienes más necesitan. El rechazo del pleno a un presupuesto con una carga ideológica mínima -si es que la tiene- parece responder más a decisiones estratégicas de dos partidos -PP y Ganemos- que a razones económicas. Hace tiempo que Jerez está intervenida en la práctica por Hacienda y el presupuesto presentado y rechazado ayer habría sido bendecido desde Madrid, que es desde donde emanan las exigencias en los últimos tiempos. Por eso no se entiende que el PP -al igual que pide en Madrid para sus propios presupuestos- no se abstuviese ayer, como también debería haber sucedido con las ordenanzas fiscales que Hacienda obliga a aprobar. Tal vez a medio o largo plazo haya quien -incluso en el dividido PSOE local- gane políticamente con el rechazo de ayer al presupuesto. En estos momentos, quienes pierden son los jerezanos. Los mismos que votaron a sus representantes para que llevasen por buen camino los asuntos de la ciudad, no los de sus partidos.
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