Lección en Valladolid

Editorial

Lo ocurrido en Castilla y León demuestra lo complicado que es cualquier modelo de convivencia con Vox, un partido con una enorme capacidad desestabilizadora

18 de enero 2023 - 01:34

Juanma Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, habrá mirado estos días con alivio hacia Valladolid. El incendio provocado por Vox en la Junta de Castilla y León es un claro ejemplo de lo que ocurre cuando a una formación que basa sus estrategias en el populismo y el radicalismo se le da margen de maniobra y puede exhibir su capacidad desestabilizadora. En Andalucía, la mayoría absoluta obtenida por el Partido Popular el pasado junio ha conjurado ese peligro, aunque algo de eso hubo en la pasada legislatura, cuando su concurso era necesario para aprobar las principales leyes, entre ellas los Presupuestos de la comunidad. En esta región, Vox demostró bisoñez y amagó más que dio. Pero el tiempo ha pasado y ahora en Castilla y León ha provocado un incendio que tiene como objetivo quemar a Alberto Núñez Feijóo en un momento en el que el nuevo líder del PP se lo juega todo en las elecciones de este año. La maniobra tiene unos claros beneficiarios: el presidente del Gobierno y su partido, que han intentado rentabilizar al máximo una crisis que ha demostrado lo complicado que es cualquier modelo de convivencia con el partido de Santiago Abascal. No se trata de juzgar la pertinencia o no del protocolo a la húngara que el vicepresidente de la comunidad pretendió introducir y que, al parecer, nunca existió, sino de subrayar que el PP y Vox tienen modelos de sociedad con puntos que pueden ser coincidentes, pero con otros que los sitúan en campos ideológicos que no tienen nada que ver. El partido de Feijóo y de Juanma Moreno tiene una vocación de centro derecha que encaja mal con los postulados radicales que, con toda legitimidad, por cierto, defienden Vox en España o Fidesz en Hungría. Lo que le ha ocurrido estos días al presidente castellano, Alfonso Fernández Mañueco, debería servir de enseñanza al PP en las próximas elecciones municipales y autonómicas y a Feijóo cuando piense en las generales de final de año.

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