Sociedad civil

Hace seis años varios cientos de miles de personas salieron a la calle en Barcelona llamados por Sociedad Civil Catalana para oponerse a la intentona separatista que estaban encabezando los máximos responsables de la Generalitat. Aquella convocatoria, celebrada cuando todavía estaba muy vivo el discurso pronunciado por Felipe VI, constituyó un rotundo éxito. Primero, porque fue unitaria y reunió a todos los que se oponían a la maniobra independentista. Segundo, y más importante, porque demostró que había una parte muy importante de Cataluña que quería seguir formando parte de España sin renunciar por ello ni a sus raíces ni a sus propias señas de identidad cultural y social. Esa manifestación rompió el discurso totalitario del nacionalismo que pretendía imponer la existencia de un conflicto entre Cataluña y España, cuando el pulso real se establecía entre dos sectores de la sociedad catalana. Sociedad Civil ha vuelto a convocar para hoy una manifestación, que guarda semejanzas con la de 2017, para oponerse a la amnistía para los responsables del procés y a la eventualidad de un referéndum de autodeterminación. Los convocantes pretenden que sea un acto sin protagonismo de siglas políticas y en las que se puedan integrar personas de muy diversa procedencia ideológica, incluidos socialistas contrarios a la deriva que lleva la negociación de Pedro Sánchez para su investidura. Si se logra que la manifestación no esté patrimonializada por los partidos que se oponen a la investidura ni por sus líderes y se convierte en una protesta civil será un éxito. Si ocurre lo contrario, será un remedo de la foto de la Plaza de Colón de febrero de 2019 y, por lo tanto, un fracaso. Por muchas personas que se logre reunir hoy en las calles de Barcelona.