Editorial
La sanidad y el Presupuesto
Editorial
Como siempre que ocurre un hecho de estas características, el atentado que ha estado a punto de costarle la vida a Donald Trump puede ser interpretado desde claves muy diversas. No hay elementos, ni posiblemente los haya en mucho tiempo, para determinar si es la obra solitaria de un individuo de vida atormentada o responde a claves conspirativas tan del gusto de la política estadounidense. Pero lo que sí se puede constatar como cierto es que el criminal intento de asesinar al candidato del Partido Republicano en las elecciones de noviembre se produce en medio de un clima social enormemente polarizado y crispado. Estados Unidos, la primera potencia mundial, vive una crisis política que cuenta con pocos precedentes. Quizás haya que remontarse a los efectos de la guerra de Vietnam en los años setenta del pasado siglo o a los conflictos raciales de los sesenta para encontrar términos de comparación. La ciudadanía de Estados Unidos está profundamente dividida y los dos grandes partidos que sustentan su sistema democrático parecen incapaces de encontrar vías para superar esta situación. El propio Trump es en buena parte responsable de ese clima de división. Pero no es, ni mucho menos, la única circunstancia que concurre. La personalidad de los dos candidatos que, salvo cambio de última hora, se medirán el próximo noviembre, simbolizan el bajo nivel que en estos momentos transmite Washington. El atentado del sábado en Pensilvania agrava la situación y va a reforzar aún más las posibilidades de Donald Trump, que no dudará en aprovechar su nuevo papel de mártir para reforzar sus opciones. Los llamamientos a la unidad que ha realizado el presidente, Joe Biden, tienen mucho más de retórica impuesta por las circunstancias que de apuesta por un futuro inmediato menos radicalizado. La realidad es que Estados Unidos sigue enviando mensajes de alarma a un Occidente que parece condenado a quedar huérfano de la potencia que hasta ahora representaba sus intereses en el mundo.
También te puede interesar
Editorial
La sanidad y el Presupuesto
Editorial
En Andalucía el tren no pita
Editorial
Ruina política, ruina moral
Editorial
Estabilidad sin oposición