La chequera del Gobierno

El presidente del Gobierno ha tirado de chequera durante la precampaña y lo que llevamos de campaña para las elecciones de dentro de dos domingos y ha comprometido en promesas de diversa índole más de 13.000 millones de euros. Pedro Sánchez ha repartido su generosidad entre los colectivos en los que intenta pescar votos, principalmente los jóvenes y las personas de mayor edad. Así ha sacado de la cartera avales para facilitar el acceso a la vivienda a los menores de 35 años con la misma alegría que los ha convidado a medio Interrail para que recorran este verano Europa. A los mayores de 65, que tuvieron hace unos meses el premio gordo de la subida de las pensiones por encima del 8%, los invita al cine los martes y así se podían seguir encadenando medidas con el único denominador común de la práctica de electoralismo de trazo grueso. Teniendo en cuenta que estamos en el ecuador de la campaña seguro que todavía quedan cosas por ver y que en los laboratorios monclovitas se ultiman los detalles de alguna traca final. Son medidas con un marcado tinte populista, pero que pueden dar resultado en la estrategia socialista de convertir estos comicios en una especie de plebiscito en torno a la gestión de Sánchez, mientras los candidatos locales y autonómicos miran con recelo las polémicas en las que se ve envuelto su partido, como la de la presencia de etarras en las listas de Bildu. Coincide esta generosidad sin límites que ejerce el presidente en los mítines del PSOE y en las reuniones del Consejo de Ministros con las advertencias que llegan de Bruselas sobre la necesidad de contener el gasto público ante el regreso de las reglas fiscales previsto para 2024. La autoridad fiscal española ya ha avisado de que sin medidas de ajuste va a ser imposible contener el déficit público en el 3%. Parece que el Gobierno prefiere por ahora hacer propaganda con sus regalos electorales y olvidarse de que vienen tiempos de apretarse el cinturón. Lo terminaremos pagando.