Las conferencias de presidentes no son útiles

Editorial

17 de diciembre 2024 - 03:05

Tras la reunión de presidentes autonómicos celebrada el pasado viernes en Santander quedan pocas dudas de que se trata de un formato poco útil. La ausencia de resultados está garantizada. Lo mejor que se puede decir de este tipo de encuentros es que el mero hecho de que se lleven a cabo ya resulta positivo. Y es así. No son muchas las ocasiones en las que los presidentes autonómicos tienen ocasión de exponer, con todos los demás sentados a la misma mesa, sus criterios sobre los principales temas que les afectan. Además, hay una dimensión simbólica: la presencia de los representantes de Cataluña y del País Vasco en el foro es un indicador de normalidad institucional que no debe ser minusvalorado. Pero ahí queda todo y no es suficiente. La conferencia de presidentes no puede limitarse a ser una sucesión de monólogos tras los que cada uno vuelve a su casa a esperar la próxima convocatoria. No debe ser así por múltiples razones. En primer lugar, porque los retos que hay planteados en materia de financiación, de inmigración o de prestación de servicios esenciales, como la sanidad, requieren soluciones rápidas y consensuadas y no se pueden dejar pasar ocasiones como la que representa la cumbre de presidentes sin levantarse de la mesa con avances efectivos. En segundo lugar, porque los presidentes de las comunidades no pueden comportarse como pequeños jefes de Estado que acuden a una conferencia en calidad exclusiva de representantes: ellos son los que tienen la obligación, que no pueden delegar, de resolver los problemas y avanzar. Las conferencias, que deberían de celebrarse con regularidad reglada, tienen que ser rediseñadas para que cumplan el objetivo primordial de ser ejecutivas. Mientras se limiten a ser una pasarela por la que desfilan las 17 comunidades su utilidad será muy escasa. Más que mostrar las fortalezas del Estado autonómico, lo que hacen es exhibir sus debilidades.

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