La prevención funciona en Andalucía

La coordinación y la anticipación son claves para gestionar una grave amenaza y minimizar los posibles daños. Y la Junta de Andalucía, durante las últimas jornadas de lluvias torrenciales, ha superado con nota uno de sus exámenes más exigentes en la presente legislatura: decidir en tiempo y forma cómo se debe actuar ante el paso de una DANA cuando existen serias posibilidades de inundaciones. Seguro que en las horas previas sobrevolaron los múltiples errores en el desgraciado ejemplo de Valencia de hace dos semanas, que se cobró la vida de más de 200 personas. Un episodio que ha erosionado seriamente la confianza en los gobiernos nacional y regional y en la capacidad de respuesta que pueden ofrecer las administraciones públicas cuando el ciudadano más las necesita. De las malas experiencias se aprenden lecciones. Y Andalucía lo acaba de demostrar. En Málaga, la zona más afectada por las lluvias torrenciales, se decretó con la participación de ayuntamientos y Subdelegación del Ejecutivo nacional la evacuación de más de 3.000 personas que residían en viviendas en las riberas de los ríos que podían desbordarse. También se suspendieron todas las clases en la provincia así como en varios municipios de Granada y la alarma del sistema Es-Alert sonó durante la noche en decenas de miles de móviles. La población recibió un contundente aviso de que el riesgo era serio y la movilidad fue mínima cuando se desencadenaron las precipitaciones. Un día después, también se resolvía dejar las aulas vacías en Sevilla, Cádiz y Huelva aunque, en este caso, Aemet sólo contemplaba la alerta naranja y no roja. La prevención funciona y salva vidas. Pero también será necesario analizar las carencias y los problemas de infraestructuras de la comunidad para hacer frente a estos fenómenos adversos cada vez más frecuentes. El móvil es una solución pero no siempre será la mejor.