Se trata de las ciudades

Los líderes de los dos grandes partidos, Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, se juegan en las elecciones del próximo día 28 su capital político y la fuerza con la que van a acudir a la cita de las generales previstas para el final de este año. Bajo esa premisa están orientando la campaña los equipos de dirección del PSOE y del Partido Popular, lo que inevitablemente va a convertir la cita con las urnas en una especie de plebiscito sobre el grado de desgaste y amortización social que sufre el presidente del Gobierno tras cuatro años de una coalición imposible o la solidez que ha alcanzado el líder del PP un año después de haber llegado al puesto. Pero sería un error analizar la convocatoria del 28-M desde este punto de vista y pasar a un segundo plano para lo que de verdad se vota en estos comicios. Es todo lo contrario: lo verdaderamente importante de estas elecciones es que nos jugamos la gobernación de nuestros ayuntamientos -en otras regiones de España también de las autonomías- y lo secundario son los aspectos de política nacional que se ponen en liza. Las principales ciudades de Andalucía llegan a estas elecciones con problemas complicados de gestionar que abarcan desde el crecimiento desordenado de la presión turística en los cascos históricos hasta el encarecimiento de la vivienda, desde la limpieza de las calles hasta la necesidad de afrontar políticas urbanísticas contra los efectos del cambio climático, por citar sólo algunos de los que son comunes a toda la región. Es mirando a esos retos como conviene meditar el voto en las elecciones municipales y no evaluando las consecuencias para Sánchez, para Feijóo o para Juanma Moreno. Y deberían ser también los líderes nacionales los que midieran su participación en una campaña en la que el protagonismo debe corresponder a las personas que se presentan para ser alcaldes. La administración municipal es, por su propia naturaleza, la más cercana al ciudadano y esa es la premisa que debe centrar todos los debates.