La tribuna
Una cooperación de familia
La tribuna
Por desgracia, demasiadas empresas se han acogido a una concepción reducida de los términos "exitoso" o "ganador". Los compañeros se consideran competidores entre ellos y el lugar de trabajo se transforma en un campo de batalla darwiniano en el que miembros del mismo equipo pugnan por ser los vencedores de las contiendas internas, por ejemplo, o por quedarse con el trozo más grande del pastel cuando un proyecto conjunto tiene éxito.
No obstante, hay una forma más sana de interpretar el adjetivo "exitoso" cuando se refiere a los jefes; un significado recogido en una más que respetable definición de liderazgo que se utilizaba en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Reza así: "El liderazgo es el arte de influir en las personas de manera que se obtenga su respeto, su confianza y cooperación...".
Si quieres tener éxito como superior, comienza ganándote el respeto, la confianza y la cooperación de tu equipo y compañeros. Demasiados jefes se saltan este paso tan importante. No priorizan ganarse ese respeto porque lo dan por hecho: "Oye, soy el jefe; ¿no es motivo suficiente para que mi equipo me respete?". Esos superiores se aprovechan de la profesionalidad de sus equipos.
Está claro que la mayoría de empleados cuenta con la automotivación suficiente para esforzarse en su trabajo, e incluso lo hacen por jefes mediocres. Sin embargo, las reservas de buena voluntad del equipo pueden drenarse poco a poco y, una vez se agota, lo único que queda es una obediencia a regañadientes. Esta actitud puede ser suficiente para que un determinado equipo realice las tareas más rutinarias, pero se queda corta (se necesita una dedicación más enérgica) cuando las empresas se enfrentan a momentos clave, algo endémico hoy en día en todos los sectores.
De ahí que debamos aplicar la histórica definición de la Fuerza Aérea: si quieres que un equipo te ayude a ganar las batallas verdaderamente difíciles, primero tienes que ganarte su respeto y confianza.
Por suerte, es relativamente sencillo descubrir qué conductas nos granjean ese respeto. Seguramente ya las conozcas, porque están enterradas en algún lugar de tu historial personal y en el de los miembros de tu equipo. Es fácil descubrir estos comportamientos siguiendo dos pasos.
El primero: reflexiona sobre tu propio historial laboral y vital. Acuérdate de aquellos mentores, jefes, líderes y maestros que se ganaron tu respeto, confianza y cooperación. ¿Cómo lo consiguieron? ¿Qué enfoques y actitudes fueron los que hicieron que quisieras estar en su equipo? Lo más seguro es que recuerdes referentes que representan conductas como estas: esa persona confió en mi éxito y me ayudó a alcanzarlo; se preocupaba por mi carrera y desarrollo profesional, no solo del suyo; era muy hábil resolviendo contratiempos y siempre estaba disponible para ayudarme a resolver problemas complejos; nunca me pedía que hiciese sacrificios que él o ella no estuviese dispuesto a hacer personalmente.
Conforme vayas recordando estos referentes, anota esas conductas que hicieron que se ganara tu respeto y proponte emular su enfoque en tu propia vida.
Como segundo paso, plantea el mismo ejercicio a tu equipo. Explícale que quieres ser un líder lo más eficiente posible y necesitas su punto de vista para alcanzar ese objetivo. Divídelos en grupos reducidos y pide a cada grupo que comparta sus propias historias de jefas y jefes que se ganaron su respeto. Cuando el grupo vuelva a reunirse después, escucha algunas de estas historias positivas, que probablemente se asemejarán a las tuyas propias cuando hiciste esta misma reflexión.
Esta actividad no sólo te ayudará a definir unas pautas para obtener el respeto y la cooperación del equipo, sino que el propio proceso proporciona otros beneficios adicionales. La voluntad que has mostrado al declarar tu compromiso ante el equipo y de realizar el ejercicio con ellos potenciará la buena voluntad del grupo. Además, las conductas identificadas serán aplicables tanto a los miembros del equipo como a ti como superior. Todo el grupo puede comprometerse a respetar estas conductas exitosas.
En los entornos laborales tan complejos que existen hoy en día necesitamos líderes de éxito, pero no a costa de competir contra sus propios compañeros y explotar a los miembros de sus equipos, sino ganándose el respeto, la confianza y la cooperación tanto de sus colegas como de dichos equipos.
También te puede interesar
La tribuna
Una cooperación de familia
La tribuna
La guerra de las portañuelas
La tribuna
De la incertidumbre a la esperanza
La tribuna
El Gran Diluvio y nosotros
Lo último
Encuentro de la Fundación Cajasol
Las Jornadas Cervantinas acercan el lado más desconocido de Cervantes en Castro del Río (Córdoba)