Vamos al atún
Las cuatro almadrabas gaditanas se preparan para una dura campaña marcada por la norma que prohíbe a las pesquerías vender cuota tres años consecutivos Las primeras capturas se esperan para final de mes
Las anclas amontonadas en el puerto de Barbate han comenzado su migración anual hacia mar adentro. Las redes de las almadrabas han empezado a calarse con el mismo arte milenario que ha perdurado hasta nuestros días. Una pesquería sostenible con el medio ambiente y con el atún rojo salvaje, una especie amenazada durante años y que ahora se ha recuperado de forma espectacular. Como dato para corroborar la impresión de los almadraberos baste decir que la pasada campaña solo la almadraba de Barbate soltó más de 10.000 atunes de sus redes, cifra que asciende hasta los 25.000 si se contabilizan las cuatro almadrabas. Sin embargo, esta abundancia de ejemplares adultos, que incluso está amenazando la subsistencia de la flota de bajura dedicada a la pesca de caballa o sardina, no se ha visto reflejada en un aumento importante de la cuota de capturas para las cuatro almadrabas gaditanas. El ICCAT decidió en su última reunión celebrada en Malta un incremento mínimo del 18%, que a la postre otorga 913 toneladas a repartir entre Barbate, Conil, Zahara y Tarifa.
Sin embargo, al problema de la escasez de cuota se unen otros más preocupantes y que convierten a la campaña almadrabera que está a punto de iniciarse en la más incierta de los últimos años. Por un lado, Japón tiene un gran stock de atún y no está dispuesto a realizar los grandes pedidos de años anteriores, y menos aún a pagar los mismos precios. Y por otro, está la orden firmada por el entonces secretario de Estado de Pesca, Carlos Domínguez, que impide a una pesquería vender su cuota durante tres años seguidos bajo pena de perder sus derechos de pesca al año siguiente. Esto quiere decir en la práctica que tanto la empresa Pesquerías de Almadrabas, que tiene la concesión de la almadraba de Barbate y que está participada en partes iguales por la firma gaditana Petaca Chico y el empresario murciano Ricardo Fuentes, como la Organización de Productores Pesqueros (OPP-51) de Almadrabas -que integra las tres almadrabas restantes-, apenas si podrán comprar más cuota de la que tienen. En 2015 por ejemplo, Barbate tuvo casi 1.000 toneladas de atún después de que se hicieran con las cuotas del País Vasco y de Cantabria. Fue una operación arriesgada con una inversión de más de seis millones de euros, pero que a la postre prolongó la campaña hasta el mes de noviembre gracias a que los atunes capturados en la almadraba se pasaban a las piscinas de engorde. Esto permitió dar trabajo, directa e indirectamente, entre pescadores y personal de tierra a casi 200 personas, y crear riqueza en un pueblo como Barbate que vive de la pesca y el turismo básicamente.
Pedro Muñoz, consejero delegado de la sociedad Pesquerías de Almadraba, reconocía a este diario que 2016 se presenta difícil. "Yo siempre soy una persona positiva, pero no me gusta nada cómo se está presentando esta campaña". Además de los problemas antes comentados, Pedro reconoce que "estamos acogidos al convenio de las almadrabas, que es bestial, y mantenerlo en años como este es difícil. Normalmente digo que lamentarse es de perdedores. Los que me conocen lo saben, pero se están dando varias circunstancias para que este año no sea una buena campaña".
Para terminar de hacer más difícil la situación de las almadrabas gaditanas, el hecho de que a estas alturas no haya un Gobierno estable en Madrid les impide hablar con un interlocutor válido para negociar esa ley de la Secretaría de Pesca e intentar alcanzar un acuerdo que beneficie a todas las partes. "Al menos sería bueno que otras pesquerías, los vascos o los cántabros por ejemplo, pudieran vender el 50% de su cuota este año y el otro 50% al siguiente, y así todos podríamos respirar. Porque cuando llegue el mes de julio y agosto ellos habrán tenido que matar el triple de atunes que nosotros para alcanzar sus 500 toneladas. Y es que hay que tener en cuenta que ellos pescan atunes jóvenes. Por cada uno que nosotros cogemos ellos tienen que capturar tres. Entonces esto perjudica a todo el mundo: a nosotros porque nos quedamos sin poder comprar cuota, con las almadrabas llenas de atunes a los que tenemos que soltar; a ellos porque ese atún pequeño lo venden a cinco o seis euros el kilo, cuando nosotros, sólo por el derecho de pesca, les hemos llegado a pagar más de 10 euros el kilo, y ellos no tienen ni que salir a faenar; y por último, a la propia especie, porque de esta forma se capturan muchos más ejemplares, atunes jóvenes que aún no se han reproducido", explicaba Pedro Muñoz, uno de los hombres que más sabe de esto de España.
"El problema -continúa- es que un funcionario no puede mover una orden sin que se lo digan de arriba. Y nadie quiere tomar una decisión sin saber si va a seguir en su puesto un mes más".
Barbate va a poder capturar este año 250 toneladas, es decir, un cuarto de las que pescó en 2015, al menos en principio. Esto ha provocado que Pedro y su socio se planteen la instalación de las piscinas de engorde, un método único en el Mediterráneo y que ha merecido los piropos del propio comisario de Pesca de la Unión Europea. "No me gustaría quemar ese cartucho, pero tenemos que ver si podemos hacernos con cuota. Yo voy a intentar pelear por todo como hago siempre".
Otro de los motivos de queja de los almadraberos gaditanos, tanto de Pesquerías de Almadraba como de la OPP-51, es que nunca les toque nada del fondo de maniobra, que suma 173 toneladas y de las que la flota canaria se lleva nada menos que 100, la del Mediterráneo 50 y la cuota restante se ha repartido entre diferentes pesquerías menores. "No sabemos por qué se le da el fondo de maniobra a los canarios. Yo entiendo que todo el mundo tiene derecho a comer, pero lo que pedimos es que nos devuelvan lo que nos quitaron cuando comenzaron las restricciones, porque a nadie se le puede olvidar que fuimos nosotros, los almadraberos gaditanos, los primeros que alertamos de la escasez de atún en el Estrecho. Ahora, gracias a nuestros sacrificios también, se ha recuperado y son otros los que recogen los frutos. No es justo", decía Pedro. Recuerda además que a las almadrabas "de por sí, nos pertenece el 49% de la cuota nacional, según los acuerdos internacionales, y nos dan entre un 26 y un 27%. Y encima de todo, el subdelegado del Gobierno, Javier de Torre, dice que el Gobierno central lo está haciendo muy bien. Yo no lo entiendo, la verdad".
Antes de que comenzaran las restricciones, en 2006, la cuota mundial existente era de 30.000 toneladas. Hablar de precaución podría ser situarla actualmente en torno a las 23.000 toneladas, que es lo que querían países como Japón. Sin embargo el ICCAT volvió a fijar el TAC (Total Admisible de Capturas) en menos de 20.000 toneladas. "Hay que tener en cuenta que las almadrabas de Cádiz se repartían 1.400 toneladas en ese año 2005 y que más de una década después, a pesar de que los científicos han constatado la recuperación de la especie del atún rojo salvaje, aún no se ha llegado a las 1.000 toneladas.
Según estimaciones de los almadraberos gaditanos, "nosotros sólo cogemos el 1% del atún que pasa por el Estrecho de Gibraltar hacia el Mediterráneo para criar. Sólo espero que podamos concretar alguna reunión con el Gobierno a ver si sentamos unas bases sólidas y buscamos una mayor flexibilidad, porque la situación es muy delicada para las almadrabas, y son muchas familias las que subsisten en la provincia de Cádiz gracias a esta arte que es la más sostenible que hay y el que pasa más controles", concluye Pedro Muñoz.
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