'El Arrumbador': Monumento a un profesional del vino casi desconocido, en Jerez

Curiosidades

Monumento al Arrumbador, en Jerez.
Monumento al Arrumbador, en Jerez. / Paco Vega
R.D.

14 de febrero 2024 - 06:00

Hay muchos oficios a los cuales los seres humanos le deben mucho. Algunos son habitualmente alabados por su importancia y dado que son ampliamente conocidos. Otros, tan antiguos como olvidados parecen no ocupar un lugar relevante como le corresponde, ni en el imaginario colectivo. A uno de ellos van dedicadas las siguientes líneas: el oficio de la tonelería y a la figura del arrumbador.

Ya desde la antigüedad existían las botas para almacenar agua, vino o cualquier tipo de materia, sobre todo, líquida. De ahí la importancia de los toneleros y arrumbadores en Jerez. Para quienes no estén al corriente, conviene aclarar que los toneleros se ocupaban de fabricar barricas, toneles y cubas a partir de unas tablas con una pequeña inclinación o bisel, para que ajusten entre sí.

Profesionales del vino

El término arrumbador, por su parte, ha sido hasta hace poco bastante denostada, y carecía de una definición correcta, incluso, dentro de su mismo gremio. Para gran parte de la población, el arrumbador solo era la figura obrera que rodaba, ‘arrumbaba’ botas. Cierto es que es una de sus faenas más vistosas, pero en realidad, este profesional es un operario especializado en todas las faenas de bodega. Recibe los mostos de albariza de los diferentes pagos, controlar la fermentación tumultuosa, realiza el reparto y controla la refrigeración. También se encargan del ‘muestreo en conjunto', del 'registro de botas', los trasiegos, las clarificaciones, filtrados y 'cabeceos'.

Monumento 'Al Arrumbador', de Francisco Pinto Berraquero en avenida Europa.
Monumento 'Al Arrumbador', de Francisco Pinto Berraquero en avenida Europa.

La ciudad de Jerez, tierra de vinos, rinde homenaje a aquel, en muchas ocasiones olvidado del mundo vitivinícola: el arrumbador. De hecho, le dedica uno de los monumentos urbanos de Jerez ubicado en el ecuador de la Avenida de Europa. Se trata de una obra Francisco Pinto Berraquero, artista jerezano, realizada entre los años 1987 y 1988. Este monumento fue sufragado por la firma González Byass en 1992 para conmemorar su 150 aniversario, en colaboración con el Ayuntamiento de la ciudad.

Enaltecimiento

Posiblemente pase un poco inadvertido, aunque merece la pena ir a verlo de cerca. Pertenece a la corriente del Realismo Social, del que pocas manifestaciones podemos ver en las calles. Sus protagonistas son la clase obrera industrial, representada de forma heroica, en lugar de conocidas personalidades.

El monumento al Arrumbador está dedicado “a los hombres y mujeres que hicieron posible día a día el milagro del vino de Jerez”. Transmite ímpetu y fuerza.

Pinto Berraquero desarrolla sus mayores logros con la dignificación del ser humano y su trabajo en bodegas y tonelerías. Temática a la cual recurre durante su trayectoria.

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