Café Central, en Jerez: "Es mi alma, una etapa nueva de mi vida, es lo que yo soy”

La lituana residente en jerez desde hace 15 años, Diana Bykova, ha sido la responsable de traer nuevos aires al centro de Jerez. Desde que llegó, el antiguo Café Central era para ella uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad. En cuanto de le presentó la oportunidad en mayo de 2023, la aprovechó.

“Cuando entré en Café Central sentí que tenía que evocar a los años 20 (los felices años 20 del siglo pasado), Chicago, los garitos de jazz, de blues y de soul…”, rememora. Se puso manos a la obra y durante dos meses lo reformó. “Pensé que tenía que ser para gente que entiende de música. El local te invita, lo pide. Sentí esa esencia”, explica.

“Nos hemos dejado la piel dos meses, durante 20 horas diarias, pero ha merecido la pena”, se congratula. Café Central supone un nuevo concepto para disfrutar de momentos inolvidables, una experiencia única en un ambiente lleno de historia y sofisticación.

Es consciente de que ha arriesgado mucho con su apuesta hostelera al no ser de jerez y tener un gusto algo diferente. No obstante, después del tiempo pasado desde la apertura de la nueva etapa de Café Central bajo su batuta, Diana reconoce que está yendo “muy, muy bien”. Ha rescatado al público anterior logrando una gran aceptación. Agradece lo bien que han recibido la renovación y los nuevos aires del local. Su éxito es tal que le dificulta organizar actuaciones en directo por el espacio. Arriba hay billar y futbolín, de modo que, estudia cómo hacerlo sin disminuir el número de asientos.

El secreto

La jerezana de adopción subraya la amplitud de su carta, asegura que nadie se queda sin su bebida favorita. Esta es la clave del éxito del local, además del ambiente, es que elaboran muy buenos cafés. “Según la gente son los mejores de por aquí”. Permite que los clientes accedan con pasteles de fuera, pero, también, ponen un buen bombón para que tengan siempre “un buen sabor de boca”.

Antes de Café Central

Diana cuenta con una larga experiencia anterior en la hostelería. El primer negocio en Jerez de la empresaria es Odin (dios tanto de la sabiduría como de la guerra y el padre de Thor). Cuenta con videoconsolas, recreativos, juegos de mesa, futbolines. Este local era para gente joven, alternativa... “Allí entra todo el mundo: mi abogado con sesenta y pico de años, familias con sus hijos, o jóvenes con 18”, matiza.

Después de todos estos años, sin renunciar a Odin, le atraía justo la idea contraria. Café Central es el lugar donde a ella le gustaría parar. “Me apetecía un sitio donde oír buena música y se pueda hablar con los amigos. En Café Central no te deja sorda la música, ni tienes que estar boxeando. Café Central es mi alma, una etapa nueva de mi vida, es lo que yo soy”.