El Rey emérito come los dulces de esta pastelería de Jerez
Gastronomía
Los dulces elaborados artesanalmente en La Esperanza, especialmente los pocitos y las yemas japonesas, son irresistibles incluso para la monarquía
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Con 14 años Santiago Soto (Jerez, 1960) comenzó a trabajar en la antigua y original Pastelería La Esperanza ubicada frente al edificio del Gallo Azul. En el año 2000 se lanzó a abrir su propio negocio repostero, recuperando el nombre de la pastelería ya cerrada en homenaje a sus maestros, quienes le enseñaron todo lo que sabe y le dejaron un precioso regalo: la receta del pocito.
Este dulce jerezano elaborado con una pasta de té maleable en caliente para formar el cilindro se rellena de un merengue con crema pastelera e ingredientes que muy pocos conocen. Se asemeja a un pozo, de ahí su nombre. “Cuando me preguntan, respondo que no sé de dónde viene. Yo entré a trabajar y entonces uno de los maestros se jubiló con 65 años y ya se hacía, lleva más de 100 años elaborándose”, cuenta Soto.
El jerezano es especialista en yemas japonesas. “Soy el único que queda de los aprendices de la vieja escuela. Esas yemas las come desde un albañil hasta el Rey (Juan Carlos I) ya en la antigua Pastelería La Esperanza. Ahora el rey come en cualquier parte, no es como antes”, afirma con indiferencia aportando datos de la última vez que el entonces jefe de estado le realizó un encargo. “Son delicatesen aunque yo no lo quiera reconocer, es un producto artesano muy difícil de elaborar”, puntualiza.
El lujoso Tren Al andalus también realiza encargos. "Me escriben y me dice: Santiago, prepárame 25 pocitos, 4 milaneses y una bandeja de delicias. Voy en mi furgoneta y se lo entrego en la estación". Todo esto sin tener unos contactos especiales, solo su trayectoria y el boca a boca de la clientela.
En la foto de perfil de la cuenta de Facebook del negocio hay un pocito, pero muy pequeño, con el diámetro de una moneda de dos euros. Estos no los comercializa, los obsequia en ocasiones especiales. Con esta jerezana y misteriosa crema también elabora otros dulces como tartas, petisús o milhojas.
Santiago y su mujer África, se encargan solos del obrador y la cafetería. No proceden de una familia que les haya dejado un negocio, como él dice. Ambos “hemos mantenido a nuestros padres y hemos montado un negocio con mucho esfuerzo”. Con mucha pasión y dedicación. Tanto es así que asegura no sentirse preparado para tomarse ni un sólo día completo libre. Desde hace casi 25 años que regenta el negocio está entregado a él en cuerpo y alma. De cara al futuro, tiene claro que la actual Pastelería La Esperanza no tendrá relevo generacional. Ahora bien, Santiago Soto, también asegura que no se jubilará a los 65 años: "Soy repostero, ni pastelero, ni confitero, aunque en Jerez no diferenciamos”, subraya
Horario
Antes de la pandemia no cerraban a mediodía porque también servían postres.
De lunes a viernes de 09:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas.
Sábados y domingos de 10:30 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas.
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