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Si visitas Jerez durante los meses de otoño e invierno, no puedes marcharte de la ciudad sin probar uno de los platos más típicos de esta tierra, el ajo campero, también conocido como ajo caliente. Una receta que, aunque muchos bares la incluyen en su carta, es típica de los mostos jerezanos.
El ajo campero está intímamente ligado al mosto, ya que es una receta típica de los cortijos que rodean la campiña jerezana. En sus orígenes, era un plato que solían tomar los trabajadores de la vendimia y se elaboraba con los llamados 'tomates de viña', una especie autóctona de pequeño tamaño que solía cultuvarse en la zona del Marco de Jerez junto a sus viñedos puesto que se criaban en rama.
Un plato 'de toda la vida', de las abuelas, una receta típica del campo jerezano, de ahí su nombre. En sus orígenes era una receta muy recurrida gracias a sus ingredientes, básicos, económicos y sencillos puesto que está elaborado a base de miga de pan de campo, ajos, pimientos, tomates y aceite de oliva. Lo que antiguamente era una receta muy socorrida, actualmente se ha convertido en una seña de identidad durante los meses de otoño e invierno en los mostos de Jerez.
Este plato se suele acompañar con un buen mosto y con rábanos. ¡Una delicia! Pero su forma de presentación es lo más original. Se elabora en un lebrillo de barro y se cocina 'a lo antiguo', sin máquinas, con las mejores herramientas del mundo, las manos.
Si quieres elaborar este plato típico jerezano y quieres triunfar de verdad, te recomendamos servirlo en caliente y adornado con un rabanito crudo entero pelado y por supuesto, acompañarlo con un buen mosto o vino de Jerez.
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