Las fotos antiguas más dulces de Jerez las encuentras donde menos te lo esperas

Numerosos grupos de Facebook, salas de expesiciones temporales, otras permanentes... en diferentes puntos de la ciudad puedes observar como ésta ha evolucionado desde comienzos del siglo pasado a la actualidad. De jerezanas maneras se comparte en establecimientos imágenes antiguas de famosos, artistas o caras conocidas de la tierra o foráneos que disfrutan de un buen vino en un tabanco o bodega donde dejan su rúbrica o cariñosa dedicatoria en las botas.

Sin embargo, la ciudad de Jerez es muy especial porque en cualquier lugar, donde menos lo esperas, hallas un tesoro en forma de imágenes. Este es el caso de las que se encuentran colgadas en una de las cafeterías más concurridas del centro. Concretamente en plaza Plateros. La Guinda es archiconocida por el café que sirven y su personal. Por supuesto, los asiduos alaban sus desayunos así como la amplia gama de dulces y tartas.

Todo eso es lo que se espera de un establecimiento de este tipo, del cual se puede disfrutar de su amplia terraza, todo un lujo con el buen tiempo, es decir, la mayoría de los 365 días del año. Lo mejor se encuentra dentro, ya que, pese a no tener unas dimensiones muy amplias, sorprende su decoración. Las sillas de respaldo alto en torno a mesas redondas ocupan una pequeña sala decorada con plantas, un gran espejo vintaje, y un cuadro de la gran obra de Leonardo da Vinci, 'La Gioconda' o 'Monna Lisa'. Éste último no es muy jerezano, pero a la izquierda, en una zona menos visible, una pared completa está dedicada a Jerez.

Un total de nueve imágenes en sepia, distribuidas en filas de tres, muestran la ciudad de Jerez en el siglo pasado a las que estamos poco o nada acostumbrados. En una de ellas, por ejemplo, se observa la plaza de la Asunción cuando aún no se encontraba en el centro de la misma un sencillo monumento realizado por el escultor gaditano Juan Luis Vassallo Parodi (1908-1986) y colocado allí en 1952. Otra muestra la plaza del Areanal sin el colosal monumento a Miguel Primo de Rivera ubicado allí en 1928, un antiquísimo parque González Hontoria y la mítica joven calle Doña Blanca con varias décadas menos.