Jerez Íntimo
Marco Antonio Velo
De Jerez a San Fernando: un abuelo habla con su nieto
Si el rinconcito gaditano es conocido por sus famosos vinos, este mes, Jerez se lleva la palma. Y es que el pasado día 3 de septiembre tuvo lugar la tradicional pisa de la uva que cada año tiene cita en el reducto de la Catedral dándole a conocer a jerezanos y visitantes una escena de lo más especial.
Tanto son conocidos sus vinos como sus tabancos o 'despacho de vinos', lo que siempre han sido desde épocas ancestrales. Si entras en un tabanco, te transportarás en el tiempo entre aromas, olores y mucho sabor, el de sus vinos, que son vendidos a granel y directamente de las botas de madera: oloroso, amontillado, cream, palo cortado, fino, amoroso, moscatel o Pedro Ximénez. ¡Ahora bien! Además de saborear Jerez de la mejor manera posible, también podrás acompañar tus copitas con la buena gastronomía de la localidad.
(Calle Santa María, 8)
Olor a añejo, a tradición, a lo de verdad. Desde 1925 lleva El Pasaje vendiendo cada uno de sus vinos y siendo un encalve turísitico de la ciudad. ¡En los que aún se utiliza la tiza como herramienta para los cobros! Una auténtica pasada. El Pasaje cuenta, además de su particular barra llena de cuadros y colores llamativos, con un tablao flamenco en el que sus tablas suenan a compás por bulerías todos los días. Sus chacinas y quesos servidos en papelones son la mejor opción para acompañar a tu copita de Jerez.
(Calle San Pablo, 12)
El Tabanco San Pablo, más conocido por la tasquita San Pablo, abre sus puertas en 1934 para ofrecernos un espacio emblemático. Sentarte en su terraza, bajo los naranjos y oliendo a azahar mientras saboreas una copa de oloroso, es el mejor plan para el que pasa por esa calle tan particular. ¡Y si lo acompañas de una buena tapita de chicharrones, todavía mejor! Pero no todo queda aquí. En la tasca San Pablo podrás probar el 'Cuba-Roque', una mezcla a partes iguales de vino oloroso y cream de la casa con gaseosa. Para morirse.
(Calle Caballeros, 12)
Como su propio nombre indica, el Tabanco Las Banderillas mezcla el ambiente taurino y el más puro jerezano con un toque muy flamenco. Además de tener la denominación de origen como tabanco jerezano, su gastronomía va más allá de las chachinas, los quesos y los chicharrones. El Tabanco Las Banderillas se ha convertido en un sitio típico jerezano para comer o cenar. Guisos tradicionales y su particular cola de toro deja a más de uno con la boca abierta. Un sitio que por sí solo se ha ganado un buen sitio en la gastronomía de la ciudad.
(Calle Algarve, 35)
Un clásico para la juventud. Uno de los tabancos más recientes en la ciudad. En 2011 abrió sus puertas para enseñarle a los jóvenes la forma de disfrutar y vivir el vino de una forma diferente. El Tabanco Plateros elige su nombre debido a su localización, situado originariamente en la plaza Plateros. Desde el pasado 2016 disfruta de una nueva ubicación en la que se respira un ambiente diferente, donde los jóvenes han encontrado un hueco donde reunirse. No puedes irte del Tabanco Plateros sin probar su famoso 'amontijito', una mezcla de amontillao y seven up. En él también podrás disfrutar de una pequeña cata de vinos y sin duda alguna, es un enclave muy especial. Si pasas por allí, mira para su balcón. ¡Dependiendo de la época en la que nos encontremos te encontrarás una escena diferente! Este establecimiento cuenta con dos maniquís que disfrazan en función de las festividades de la localidad.
Estos son los cuatro tabancos que no puedes perderte si visitas Jerez. No obstante, ¡hay muchos más con mucha historia que contar! Y vinos que saborear.
Temas relacionados
También te puede interesar
Lo último
No hay comentarios