¿Sabes por qué las mujeres se visten de mantilla en Semana Santa? Historia y tradición
El uso de la mantilla en España es una tradición con más de 300 años de historia
Las mujeres se podrán vestir de mantilla negra el Jueves y Viernes Santo
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La Semana Santa trae consigo algunas de tradiciones y costumbres populares en nuestra ciudad. ¿Gastronómicas? Sí, como la realización de dulces típicos de esta festividad como son las torrijas, pero entre estas tradiciones se encuentra una de las más especiales, la mantilla española. Una tradición con siglos de historia que aún repetimos cada Semana Santa en ciudades como Jerez, Sevilla o Granada. La mantilla es una vestimenta típica del Jueves Santo, sin embargo, también es correcta vestirla el Viernes Santo o el Domingo de Resurrección, aunque esta última en color blanco.
Origen de la mantilla
El origen de este peculiar atuendo no está del todo claro. Cuenta la historia que su uso apareció por primera vez en la Península Ibérica y en sus inicios se utilizaba para protegerse del frío. Con el paso del tiempo, la prenda fue adquiriendo otro carácter y los tejidos también fueron cambiando. Se pasó de un tejido grueso a un tejido de encaje más liviano. Durante el siglo XVII y XVIII la nobleza española empezó a incluirlo en su armario y la mantilla comenzó a asociarse con un símbolo de distinción.
Durante la Semana Santa podemos encontrar dos tipos de mantillas: las negras, propias del Jueves Santo y del Viernes Santo, representando luto por el señor crucificado y las blancas, utilizadas durante el Domingo de Resurrección, como símbolo de la pureza y la alegría del triunfo de Jesús sobre la muerte.
Pero la mantilla no es una moda. Es un símbolo de devoción, respeto y tradición donde cada detalle está cargado de simbolismo. Aunque las reglas y costumbres van cambiando con el paso del tiempo y la región en la que nos encontremos, su objetivo principal es ser acto de respeto hacia lo sagrado. El momento adecuado para llevarla es generalmente durante las procesiones de la Semana Santa, especialmente cuando se acude a la iglesia, durante los oficios o a las calles para acompañar a las imágenes religiosas.
Cómo debe ser el vestido y sus complementos a la hora de vestir de mantilla
Si quieres vestirte de mantilla, debes saber que hay que seguir un protocolo. Es muy importante que el vestido sea negro, discreto y sobrio, sin muchos detalles. El vestido siempre debe cubrir los hombros y no debe tener un escote pronunciado, transparencias o tirantas. El corte debe ser por la rodilla o por debajo de la rodilla.
Las mangas, largas o francesas. Si elegimos llevar guantes, de uso opcional, que sean de rejilla. A la hora de elegir las medias, debemos apostar por unas negras y de cristal (ni tupidas ni transparentes ni de fantasía) y combinarlas con un salón negro de diseño sencillo y tacón medio (la comodidad y la posibilidad de andar es clave).
En el caso de accesorios como los pendientes, es preferible apostar por unos sencillos y discretos de largo medio, que podremos combinar con otras piezas, también sencillas y discretas. Los pendientes deben ir a juego con el broche de la mantilla. En cuanto al bolso, debe ser pequeño y discreto tipo cartera de mano.
Los errores que no se deben cometer a la hora de vestir de mantilla
- Escoger una mantilla demasiado larga o demasiado corta para nuestra estatura.
- Llevar un vestido muy escotado o de palabra de honor.
- Vestir prendas sin mangas.
- Llevar el bajo del vestido o la falda demasiado corto.
- No llevar medias o llevarlas transparentes, color carne, tupidas o de fantasía.
- Escoger una mantilla no adecuada para la ocasión como una de madroños o con adornos.
- Llevar una peina clara.
- Calzar tacones demasiado altos o llevar plataformas.
- Dejar el pelo suelto.
- Combinar la mantilla con complementos llamativos, coloridos o estridentes.
- Acompañar el pelo o el vestido con claveles rojos.
- Llevar un bolso muy grande o colgarlo del hombro.
- Optar por un maquillaje llamativo o demasiado oscuro.
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