La violación de una noble llamada Florinda es el origen de La Barca

Cuentan que antes de la llegada de los musulmanes a la Península, Don Rodrigo, último rey de los godos, vio bañarse a Florinda La Cava, una noble ceutí del siglo VIII, hija del conde Don Julián. El monarca se obsesionó con ella y acabó violándola. “Florinda perdió su flor, el rey padeció castigo”, narra el romancero español que atribuye a este acontecimiento la posterior derrota en la Batalla del Guadalete y el fin del reino visigodo, pues el conde facilitó la entrada de las tropas de Táriq en Gibraltar.

Y de una narración histórica que se aproxima a leyenda surge el origen del topónimo La Barca de la Florida. En el año 1914, don Adolfo de Castro le dedicaba en su célebre obra 'Historia de Cádiz y su provincia', estas palabras: "Hay un paraje del Guadalete entre Jerez y Puerto Real llamado La Barca de la Florida. Ignoro el tiempo en que se le impuso. Sea como quiera, no puede significar que en aquel sitio ocurrió la batalla. Sabido es que con razón se tiene por novela arábiga la violencia que a la hija del conde don Julián hizo el rey Rodrigo, de la cual se originó la pérdida de España”.

Esta es la versión más violenta de la leyenda. Otras versiones más edulcoradas se afanan en afirmar que el último rey godo mandó construir un palacio para Florinda en ese lugar junto al Guadalete, donde tenían lugar sus encuentros amorosos. Este legendario palacio pudo estar situado donde hoy se encuentra el cortijo de La Florida a orillas del río Guadalete para una tal “Florinda”, tal y como recoge el Romancero Viejo de Menéndez Pidal. Esta sería la primera vivienda de La Barca que se hallaba en un cruce de cañadas. La literatura denominó al Guadalete "río del placer y de la muerte”.

Realidad actual

De lo que no cabe duda es que el actual núcleo poblacional de La Barca se fundó en 1948 a raíz de la reforma agraria franquista, a través del Instituto Nacional de Colonización y en la actualidad cuenta con unos a 5.000 habitantes. Constituye la frontera natural entre la Campiña Jerezana y la Serranía Gaditana. Destacan las grandes dehesas que se extienden en su entorno y el parque natural de La Suara.