Viaje y larga vida al templo de las tortillas de camarones
Gastronomía
Casa Balbino es la típica taberna de Sanlúcar que cuenta con el prestigio de haber servido a figuras públicas de renombre y contar con el reconociento de la Guía Repsol
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"Ese icono que ya es una catedral del sentir gaditano en pleno bullicio de la plaza Cabildo: Casa Balbino”. Así se refirió Jesús Terrrés sobre este restaurante en una publicación de la reconocida revista de viajes Condé Nast Trevelier en 2019. El cineasta Steven Spielberg, Rocío Jurado, los toreros Finito de Córdoba y 'El Litri' o el, el comunicador Carlos Herrea y otros personajes públicos han firmado en el libro de visitas de este establecimiento, toda una institución de parada obligatoria para quienes pisan suelo sanluqueño.
Allá por el año 1924 llegó a Sanlúcar procedente de Soria, Balbino Izquierdo Aldea, un niño de tan sólo 13 años que empezó a trabajar en un ultramarinos y terminó regentando su propia tienda en 1939. Junto a su mujer, Mercedes Guzmán, otorgaron su propia seña de identidad también al bar o tabanco anexo. De esta forma nació Casa Balbino que pasó a generaciones sucesivas y se ha consolidado en el mundo hostelero. Un día cualquira de verano aquello es un verdadero hervidero de clientes y de personal atendiendo en mesa y barra, con la cocina funcionando a pleno rendimiento. Aún así, todavía hacen hueco para atender a este medio.
Casa Balbino se define como el templo de la tortilla de camarones. Además es reconocida por la calidad en todas las comidas que sirve: berenjenas rellenas de carne, langostinos, salmorejo, gazpacho... "El templo de las tortillitas de camarones, pero también de riquísimos aliños y de las medias raciones de langostinos frescos de Sanlúcar", reseña la Guía Repsol que le otorgó un Solete.
Otro de los grandes valores añadidos es su privilegiada ubicación en la plaza Cabildo, en pleno corazón del pueblo. El gentío no cesa, próximo está el mercado de abastos entre otros atractivos turísticos. Cuenta con un techo del que "llueven" patas de jamón, una enorme barra en su interior y vitrinas en las que se puede ver el género, aunque para saborear los platos y tapas nada mejor que hacerlo en las mesas de su amplia terraza.
Desde que su fundador comenzó la andadura de este templo gastronómico de Sanlúcar ya ha llovido. Hay un famoso refrán que reza así: "El padre la crea, el hijo la mantiene, el nieto la cierra" o "padre trabajador, hijo vividor, nieto mendigo". Ojalá no se cumpla para que turistas y oriundos no se priven jamás de los sencillos y sabrosos manjares de Casa Balbino.
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