¿De dónde viene el nombre de la Plaza del Mamelón de Jerez?

Dar un paseo por el centro de Jerez es sinónimo de historia, cultura y parajes prácticamente sacados de algún que otro libro. Recorrer sus calles y pararte por las diferentes plazas que tiene la ciudad ya es tradición cuando se visita el centro de Jerez pero, ¿te has parado a pensar alguna vez en sus nombres tan peculiares? Hoy te contamos el origen del nombre de la conocida Plaza del Mamelón.

Esta popular plaza del centro de la ciudad es una de las más elegantes en cuanto a estética. Rodeada de fuentes, situada en alto, adornada con un gran carruaje de caballos hecho de bronce. Todo un espectáculo. Formada en grandes dimensiones, hace que la zona esté en un entorno agradable que sirve, para muchos, como zona de desconexión. Esta plaza es prácticamente el nexo que une el centro histórico con los alrededores de la ciudad y con una de las avenidas principales de Jerez, la avenida Alcalde Álvaro Domecq.

Un poco de historia

En el siglo XIX esta plaza era conocida como Alameda de Sevilla, no obstante, ya la población la conocía como Plaza del Mamelón, que según la Real Academia Española (RAE), mamelón es "una colina baja en forma de pezón de teta". Algo así nos cuenta también nuestra famosa Tiktoker jerezana en uno de sus vídeos que te dejamos por aquí.

Nos remontamos en la historia de Jerez y durante el periodo árabe, existía esta montaña desde donde se podía divisar toda la ciudad al completo. Tras la reconquista de la ciudad, Alfonso X El Sabio lo mandó a allanar, y hasta día de hoy. ¡Poco a poco la hemos ido poniendo todavía más bonita! No es hasta 1893 cuando la plaza se urbaniza y se convierte en un bonito paseo, y es que la Plaza del Mamelón, que consta de una superficie de 6.800 m2, integra varios enclaves

En ella podemos encontrar un gran lago en el centro, rodeado por un paseo de columnas y zonas verdes. A un lado, la escultura de San Juan Bautista de La Salle creada en 1952. Y por último, el famoso carruaje casi de tamaño real hecho de bronce en 2002 con motivos de los Juegos Mundiales Ecuestres celebrados en Jerez, 'Gran Break a la calesera', obra del escultor Eduardo Soriano.