Argentina: "A los flamencos se nos respeta y se nos quiere muchísimo fuera"
Flamenco
La cantaora onubense asegura que "en Iberoamérica me siento como en casa, son muy cariñosos conmigo"
La cantaora onubense Argentina vive su momento más dulce, tras dar la vuelta al mundo el vídeo en el que improvisó en un bar de La Habana el clásico 'Idilio', grabar 'La Candela de Lola', en homenaje a Sergio Siaba, el compositor de origen español que firmó en Cuba algunos de sus clásicos musicales más importantes.
Su relación con Iberoamérica es más que fluida y por eso se muestra muy ilusionada con actuar pronto al otro lado del Atlántico, donde asegura que ha notado "sentirse muy querida por el público, que conmigo ha sido especialmente cariñoso”.
Lo explica nada más triunfar en las Icónicas Noches del Colón, un festival de formato reducido que se celebra en el hotel del mismo hombre en Sevilla, donde las 50 butacas iniciales se tuvieron que ampliar a 75, dada la demanda del público para ver a una mujer que interpretó desde el escenario canciones asturianas, saetas, sevillanas, sones cubanos o fados.
Por eso, dada su versatilidad, confía en ser parte de carteles muy pronto en Latinoamérica, y recuerda con especial cariño cómo visitó por primera vez en 2011 el país que le da nombre -Argentina es su nombre real-.: “nada más llegar a la prueba de sonido vi que había mucha gente esperándome para verme, sobre todo jóvenes, que me cantaron directamente al verme”.
Algo que, explica, le provocó “mucha emoción, porque percibí que sentían por mí adoración”, dice la cantaora, que recuerda, además, que había actuado antes en países como Italia o Francia, “pero nunca tan lejos de casa”, algo que le confirmó lo que ya sospechaba, porque “siempre había escuchado que los flamencos giraban por todo el mundo, que eran muy queridos, pero sí es cierto que fuera nos respetan y nos quiere muchísimo”.
Con todo, para una artista “es ilusionaste conocer y aprender de otras culturas, porque aprender no ocupa lugar”, aunque en esos viajes cruzando el océano no ha podido traerse de vuelta en la maleta un Grammy Latino, premio al ha optado en dos ocasiones, por sus discos de 2013 y 2015, aunque para ella, “solo estar nominada a algo tan importante ya es un premio”.
“La primera vez no me creía que estaba nominada, y la segunda menos”, dice, y rememora que en la primera ocasión competía con Miguel Poveda, Estrella Morente, Vicente Amigo y José Mercé, y yo era la más joven, la que menos trayectoria tenía, con lo que estar nominada con esa gente ya era un premio”.
En su carrera, no obstante, los pasos no terminan de darse, y uno de ellos lo firmó el pasado 8 de marzo, en el concierto homenaje a Rocío Jurado en Madrid, en el que interpretó ‘Punto de partida’, lo que la confirmó como una artista versátil, que, curiosamente, “aunque me gusta la música en general, he tirado por la rama del flamenco”, tras criarse en una casa en la que “la música siempre estaba presente”, y en su casa “de niña, siempre imitaba a Marisol, Rocío Dúrcal o Rocío Jurado”.
Sin embargo, a pesar de la dificultad de este arte, se inclinó por el flamenco, y en eso influyó bastante que “en clases de baile, la profesora siempre traía un guitarra, y cuando llegaba a casa, siempre me ponía a cantar, no ensayaba los pasos que tenía que aprender”.
Con todo, asegura que no se cierra a nada, ni siquiera a cantar “canción ligera”, y recuerda que el éxito de ‘Idilio’, cuyo vídeo casero en un bar de La Habana superó los seis millones de vistas, fue motivado por el público, de modo que su futuro musical todavía está por escribirse.
“Todo lo que sea aprender no ocupa lugar, y lo que saco de positivo de ‘Idilio’ es que me ha hecho bailar, algo que me da una vergüenza horrible, pero es que esa música hay que bailarla sin más remedio”, explica antes de despedirse en busca de nuevos escenarios
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