Diciembre se lleva a otra voz de oro del cante de Jerez, Antonio Agujetas
Obituario
El cantaor, hijo de Manuel Agujetas, ha fallecido este miércoles a primera hora de la mañana a los 61 años
"A mí no se me han perdonado cosas como ha ocurrido con otros artistas"
Antonio de los Santos Bermúdez ‘Antonio Agujetas’ (Jerez, 1962-2023) había desafiado a la muerte durante años. Su vida no fue sencilla, llevándole a situaciones límite que, en cualquier otra persona, le hubiera costado la vida. Pero Antonio superó todas aquellas dobleces pues como bien decía "me han engañado mucho y me han dado muchos palos, pero así es como he aprendido, a base de palos”.
Su luz se apagaba a las siete de la mañana de este miércoles 27 de diciembre, a los 61 años que había cumplido el pasado 1 de mayo. Su cante quedará para siempre, porque como ayer recordaba el guitarrista Alberto San Miguel, que tantas veces le tendió la mano, “era un cantaor irregular, era frío, pero tenía picos de genio”.
'El niño de Agujetas’ comenzó a despuntar en el cante avalado por su padre. Cantó por primera vez en público en 1973, en un acto organizado por la Cátedra de Flamencología en la calle Quintos. Apenas tenía 12 años, y estuvo acompañado a la guitarra por Alberto San Miguel.
Seis años después y con 17 primaveras, en 1979, graba su primer disco, en aquella mítica serie producida por el propio Manuel Agujetas (que años más tarde sería reeditada), y en la que participan Manuel, su padre el Viejo Agujetas y su hijo Antonio.
Pero Antonio era, por encima de todo, una persona noble e inocente, y cualquier aparición dañina que irrumpiese en su vida, podría ser capaz de manipularlo, como así ocurrió. Las malas juntas le llevaron “a la ruina”, como él mismo reconocía, de tal forma que por una serie de delitos acumulados, acabó durante 14 años en prisión.
La cárcel, un tema tabú
La cárcel fue siempre para él un tema tabú, aunque sí reconocía que “a mí nadie me ha hecho daño, el daño me lo he hecho yo a mí mismo haciendo las tonterías que he hecho, porque yo nada más que he hecho payasadas. Si hubiera estado callaíto no hubiera pasado ná”.
Aún así, nunca dejó de cantar y de hecho, estando en prisión graba, en 1991, su segundo disco, titulado ‘Antonio Agujetas’. Lo hará acompañado a la guitarra por Moraíto Chico y gracias a la labora de Salvador Román ‘Pali’, multinstrumentista jerezano, amigo de éste, que se encarga de producir el mismo, consiguiendo incluso un permiso especial de una semana para poder meterse en el estudio.
Dos años después, en 1993, mientras cumplía condena en la cárcel de Córdoba, se alzó con el triunfo en el Concurso que se desarrolló en el Centro Penitenciario de Córdoba, un galardón que, con el apoyo de la Confederación Andaluza de Peñas Flamencas y patrocinado por la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, le permitió participar en el disco ‘Dos gritos de libertad’, alalimón con José Serrano y que se publica en 1998. En él, con las guitarras de Rafael Trenas y Miguel Ochando, cantará por seguiriyas, bulerías, malagueñas y soleá, además de un tema por fandangos que comparte con Serrano.
Con la entrada del nuevo siglo, y una vez en libertad, Antonio retomó el camino del cante. Fue gracias al apoyo de Alberto San Miguel, quien lo alojó en su propia casa durante 4 años.
El hijo de Manuel Agujetas recuperó en aquellos primeros años de la década del 2000 su mejor versión. Antonio estaba bien, había acabado con sus problemas con las drogas y su cante, en plenitud, acumulaba éxito tras éxito por toda España, desde el festival de Cajamadrid a la Sala Juglar, pasando por la Bienal de Sevilla o Málaga, por citar algunos. También tendrá un papel importante en el exitoso 'Familias cantaoras' que organizará Pepe Castaño con el Ayuntamiento de Jerez en 2002.
Su estabilidad le permitirá también volver a grabar. Dos veces pasará por el estudio en este periodo, una en 2001 gracias a la Peña Los Cernícalos, y otra en 2003, por el apoyo de Diputación de Cádiz.
El primero, titulado ‘Así lo siento’, lo conforman 14 cantes, desde el romance de Bernardo del Carpio; a los martinetes pasando por la granaína, tarantos o cabales, todos acompañado a la guitarra por Alberto San Miguel.
El segundo, ‘Jesucristo según Agujetas’, que se presentará en la Iglesia de San Mateo en diciembre de 2003, contará de nuevo con Alberto San Miguel como respaldo guitarrístico.
Pero toda esa mejoría se rompería de golpe a finales de la década del dos mil, cuando Antonio vuelve a ser víctima de las drogas. Durante ese periodo volverá a desaparecer de los escenarios hasta que su padre lo rescata nuevamente. Con él participará en 2007 en el Festival de Jerez y años más tarde, en la Bienal de Sevilla de 2012.
A partir de ahí, el primogénito varón de Manuel Agujetas retornará a la primera línea con diversas actuaciones en distintos puntos del país, y también compartiendo escenario con su padre, como el recital protagonizado en 2014 en el Teatro Villamarta.
El apoyo de su amigo Miguel Fernández le permitirá nuevamente gozar de una estabilidad, si bien es cierto, que la dureza con la que la vida le había castigado, le pasará factura en más de una ocasión.
En 2015 reeditará el disco ‘Antonio Agujetas’ grabado con Moraíto en 1991, pero con dos novedades, ya que Salvador Román ‘Pali’, productor del mismo, le añadirá dos temas nuevos grabados en directo, una seguiriya con sitar, y un romance con violín.
Dos años después grabará ‘Por nuestro bien’, grabado apenas unos días después de la muerte de su padre, con la guitarra de Antonio Malena hijo y con la producción del estudio La Bodega. Serán ocho cantes, y a los martinetes, seguiriyas o fandangos habituales, introducirá un cante por romeras.
Como parte de su discografía hay que incluir además el disco ‘Al mejor de los nacío’ que graba conjuntamente con su padre. Serán 11 saetas de las cuales dos son de Antonio.
Su trayectoria quedará también reflejada en el documental ‘Palabra de Agujeta’, realizado por Juan López-Cepero, y que recoge a la perfección los altibajos del artista jerezano. Juan López-Cepero aseguraba tras su fallecimiento que "tuve la suerte de conocer a Antonio persona, con una sensibilidad extraordinaria". El director del documental reconocía ayer que "era un ejemplo de superación en la vida, porque por muchos palos que le dieran, él seguía adelante. No he visto nunca a una persona con tantas ganas de vivir, de hecho en el programa Los Caminos del cante dijo una vez 'canto así para que la muerte no me lleve'.
5 Comentarios