Carlos Merino: "La percusión es el cinturón de seguridad de cualquier música"
FLAMENCO
El jerezano es uno de los percusionistas más demandados por los artistas del arte jondo además de ser un enamorado del flamenco
"A Paco Cepero le debo mucho, me dio la oportunidad cuando no sabía ni sentarme sobre el cajón", confiesa el músico
La música sonaba cada día en cada uno de los rincones de su casa. Desde primera hora, la radio se oían las canciones de aquellos finales de los años ochenta en los que Carlos Merino (Jerez, 1984) comenzaba a fantasear como cualquier niño. Fue su hermano, Javi, quien ponía en su habitación a Capullo de Jerez, José Gálvez, Camarón de la Isla y Navajita Plateá, artistas a los que el jerezano escuchaba atentamente, fijándose en aquel sonido que retumbaba en los compases.
Su fijación por la percusión comenzó a hacerle tocar cualquier cosa que caía en sus manos. Bolígrafos, bombos de detergente, nudillos en la mesa…hasta que un primo suyo le invito a tocar en un coro. "La primera vez que me pagaron por tocar no sabía ni que me iban a dar dinero. Me bajé del coche y me dieron mi parte correspondiente”.
Tras finalizar sus estudios, el músico siempre ha tenido la ilusión por seguir aprendiendo y mejorar en un mundo del que vive enamorado. "Si le dedicas cariño y tiempo a lo que más te gusta, al final puedes lograr que se haga realidad".
El jerezano es uno de los percusionistas más demandados por diferentes artistas del arte jondo, una labor en la que no solamente pone tesón y esfuerzo, también mucha admiración. "Siempre he cantado fatal por eso me dedico a la percusión (risas). Cada vez que veo un concierto, me quedo pendiente a todos los movimientos y sonidos. Me llaman mucho la atención”.
Su apego por el flamenco no solamente le viene por su experiencia profesional sino porque la tierra manda en ese aspecto. "Eso lo pone la tierra de uno. Al flamenco le tengo un amor muy emocional. Siendo de Jerez y ser percusionista de rock es complicado porque en esta ciudad respiramos flamenco. Me gusta escuchar todo tipo de música y me preocupo mucho de aprender sobre otros instrumentos. La percusión casa muy bien con el flamenco”.
Admirador de Vicente Amigo, Moraito y Paco de Lucía, Carlos Merino le debe mucho a todos los artistas con los que ha tocado, aunque es a Paco Cepero al que le estará siempre agradecido. "Tenía veinte años cuando me dio la oportunidad. No sabía sentarme todavía en condiciones sobre el cajón y pude subirme al escenario de la Bienal de Sevilla en el Teatro Maestranza. Confió en mí cuando ni siquiera estaba preparado, pero me dio la oportunidad además de haberme enseñado mucho”.
Todo palo flamenco requiere siempre de una base, de unos cimientos sobre los que se sostiene a través del sonido de la caja. "La percusión es la disciplina, el ritmo que sostiene a cualquier tipo de música. Marca el camino, la unión a todo lo demás. Es como el cinturón de seguridad, te lo tienes que poner para ir seguro. En la música amarra todo lo demás”.
Fiel aficionado a los conciertos flamencos, siempre está atento a las fechas de algunos artistas que le gusta disfrutar, aunque en algunos casos él termine siendo parte del espectáculo. "Con Alba Carmona me pasó algo muy gracioso. Saqué la entrada para ir a verla y a los pocos días me llamaron para que tocara en esa actuación", asegura
Tras un par de años complicados a consecuencia de la pandemia, Carlos Merino es un músico agradecido que disfruta sobre el escenario junto a cualquier artista. "Han sido años complicados, de mucha incertidumbre, pero mi meta es seguir haciendo proyectos. Trabajar con artistas, disfruto mucho con ellos y me inspiran. Confío siempre en el destino y sé que vendrán cosas muy buenas”.
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