Manuel Monje, el misterio del cante
Flamenco
El joven cantaor jerezano se ha convertido en una de las grandes sorpresas del programa ‘Tierra de talento’ de Canal Sur, demostrando una naturalidad al cantar impropia de su edad
Conforme pasan los años y uno se encuentra con personas como el pequeño Manuel Monje, viene a mí aquella frase, casi lapidaria, que me refirió una vez en una entrevista mi amigo Ali de la Tota. “Esto lo da la tierra”, decía al referirse a la capacidad que tiene Jerez para cultivar talentos flamencos.
Sí porque a lo largo de la historia han sido muchos los artistas que ya siendo niños, apuntaban maneras y condiciones impropias de su edad, tanto para el cante, como para el toque o incluso el baile. La Macarrona, La Malena, Antonio Chacón, La Macanita, Antonio Malena, Manuel Parrilla, Loli Carpio o Mercedes Ruiz, por citar a algunos, han sido, sin duda, algunos claros ejemplos que esta tierra ha sido capaz de da, niños con un desparpajo y un talento poco común.
Uno de los últimos va camino de llegar a ser otra destacada figura, pues a sus 10 años ya ha demostrado con creces que tiene algo que lo hace diferente a todos.Tanto es así, curiosidades que da la vida, que nació precisamente un 16 de noviembre, la fecha en la que hoy día se celebra el Día del flamenco. Hasta en eso.
Fue justo a principios de diciembre del pasado 2021, cuando llegó a mí un vídeo de esos que se hacen virales con un joven, de apenas 9 años, haciéndose compás sobre una mesilla de noche, donde una foto de Luis Moneo llamaba especialmente la atención. Por bulerías, ayudado sólo por sus nudillos, Manuel Monje demostraba en sólo 55 segundos, que cuenta con algo natural para decir el cante, algo que simplemente le hace distinto.
Varios meses después, el pequeño, que nació en Jerez pero cuya familia por parte de padre también tiene especial arraigo en Lebrija, ha sido capaz de ganarse el cariño de artistas de la talla de José Mercé, Niña Pastori o Antonio Canales y sus apariciones en el programa de Canal Sur ‘Tierra de talento’ le han servido para alcanzar la final de este concurso (que disputa el próximo sábado 9 de julio) y lograr una notable popularidad.
Curiosamente, con esta experiencia televisiva “he aprendido mucho”, asegura, si bien no esconde que esa popularidad no acaba de asimilarla. “Yo eso de que me paren por la calle y me digan cosas...La gente me dice ‘¿tú eres el que canta?, ‘qué bien has cantado’, y me felicita, pero a mí me da vergüenza. En el colegio me pasa igual”. Eso sí, novias todavía “no me han salido”, contesta entre las risas de sus padres.
Manuel y Tamara, sus padres, se preocupan, no obstante, de que su hijo no entre en una posible vorágine que le pueda afectar, aunque eso no quita que “alguna que otra vez nos hayamos sentido superados”, explican.
Pero si hay algo que hace distinto a este ‘futuro cantaor’ es “su capacidad para desconectar, él cuando llega un momento, se olvida de todo y se pone a jugar como cualquier niño, eso es algo que nos da tranquilidad”, prosigue su padre.
Manuel Monje reconoce que cantar ante José Mercé “impone mucho, porque es un gran artista”, cuenta, “y a lo primero me daba miedo a equivocarme delante de él, pero mira, al final se ha hecho amigo mío”, relata.
En su día a día, el de un niño de 4º de Primaria, que afortunadamente afronta “bien porque he sacado muy buenas notas”, ha aparecido también el cante y la televisión, que le ha hecho “estudiar mucho, porque quería hacerlo bien”. En esta faceta destaca el gran trabajo que hace con él el guitarrista Nono Jero, “que me ha enseñado muchas cosas” y también “María Terremoto”. Además, ha sido pieza importante en su desarrollo Pedro Garrido ‘Niño de la Fragua’, sobre todo en estos últimos meses en los que ha participado en el programa televisivo, sin olvidarnos de Ezequiel Benítez, con el que participó en el taller de saetas organizado por la hermandad de la Soledad.
Aficionado al fútbol y seguidor del Real Madrid “y de Benzema, que a mí me encanta”, confiesa, Manuel disfruta sobre todo “cantando por bulerías, eso es lo que más me gusta, sobre todo las cosas de Luis de la Pica y El Torta. Por tangos escucho mucho a El Lebrijano y la Niña de los Peines”, y por otros palos a “María Bala, José Mercé y toda la familia de los Zambos”.
“Lo más difícil ha sido la taranta, porque no la había escuchado en mi vida, y aparte es un cante difícil. Tengo que practicarla y bueno, poco a poco me gustará más. Me pasó lo mismo con la soleá por bulería, pero ya lo tengo dominado”, recalca con total naturalidad.
Igual que su cante, impropio de un niño de sólo 10 años, sus respuestas y sus actitudes resultan, en ocasiones, especialmente llamativas. “A veces escucha en la tablet a Juan Talega y a cantaores que nosotros ni conocemos”, cuenta Tamara, su madre.
Sus apariciones en redes sociales durante los últimos meses, al margen de su paso por ‘Tierra de talento’, han sido seguidas por muchos artistas, tales como Pitingo, el propio José Mercé, Alejandro Sanz, Pepe de Lucía o Niña Pastori. Uno de los más visitados fue la saeta que cantó el Viernes de Dolores. “La verdad es que al principio no tenía ganas, pero luego me animé y a la gente le gustó mucho”.
A lo largo del verano tomará parte en los Viernes Flamencos, primero con la Peña Tío José de Paula, y luego con la Peña Terremoto, además de una pequeña pincelada en un festival en Cazorla.
Sólo tiene 10 años y una larga vida por delante. El futuro dirá si será o no será, pero lo realmente oportuno hoy por hoy es que lleva la bandera del flamenco tradicional por encima de todo, cuidando también, animado por su padre, la manera de subirse a un escenario, quizás lo peor que llevan sus progenitores. “No ganamos para chaquetas y pañuelos”, apunta su madre Tamara,
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