El flamenco pierde a Manolete, emblema del baile masculino

Flamenco

El artista granadino fallece de forma repentina a los 77 años provocando una nueva convulsión en el arte jondo

Fue un asiduo al Festival de Jerez durante muchas ediciones

Manolete, en uno de sus pasos por el Festival de Jerez.
Manolete, en uno de sus pasos por el Festival de Jerez. / Miguel Ángel González
Fran Pereira

12 de septiembre 2022 - 20:40

El mundo del flamenco ha vuelto a recibir un duro revés. Si hace unas semanas despedía a uno de sus guitarristas más insignes, Manolo Sanlúcar, en la mañana de este lunes 12 de septiembre ha muerto Manuel Santiago Maya ‘Manolete’.

El bailaor granadino fallecía de forma repentina, provocando una auténtica convulsión en todo el flamenco, tanto en su Granada natal como en el resto del país e incluso fuera de nuestras fronteras, pues a lo largo de su dilatada carrera, Manolete actuó por medio mundo.

Manolete se inició siendo apenas un niño en las cuevas del Sacromonte, desde donde dio el salto a la capital de España, de la mano de su hermano, el guitarrista Juan Santiago Maya ‘Marote’.

Nací en una cueva donde iba el turismo y allí bailaba. Primero fue por ganar dos duros y después fui para arriba y me fue gustando”, reconocía en una entrevista a Diario de Jerez en 2007.

En Madrid se abrió poco a poco hueco trabajando en míticos tablaos como Torres Bermejas o las Brujas, además de enrolarse en algunas de las compañías más importantes de los años setenta, caso de Manuela Vargas, María Rosa o La Chunga.

De cualquier forma, como bien reconocía, al granadino le llamaban poderosamente la atención en sus comienzos “Vicente Escudero, Antonio Gades, Farruco, Güito y Mario Maya”.

A principios de los 80, Manolete formará parte del Ballet Nacional de España bajo las órdenes de Antonio Gades. Lo hará como artista invitado, aunque no por mucho tiempo pues el artista alicantino apenas estará dos años al frente del mismo.

Su leyenda, no obstante, comenzará a forjarse con su participación en el proyecto ‘Macama Jonda’, una propuesta de José Heredia Maya y Rafael Aguilar, donde coincidirá con el jerezano Pedro Carrasco ‘Niño Jero’ y en la que brillará con luz propia con su personalísima farruca.

La llegada de los noventa le permitirá trabajar con la recién creada Compañía Andaluza de Danza, con la que aterrizará en Jerez en 1997, coincidiendo con el inicio del Festival de Jerez. De hecho, junto a Angelita Gómez, será el precursor de los cursos de formación de la muestra jerezana ese mismo año.

En 1997 inició, junto a Angelita Gómez, los cursos formativos del Festival de Jerez

Precisamente en el Festival de Jerez, Manolete fue un artista especialmente querido, y sus participaciones, sobre todo en los primeros años de vida de la muestra, fueron constantes.

Así, su primera aparición por el Teatro Villamarta llegaría en 1998, coincidiendo con la II edición del Festival, en un montaje llevado a cabo en el coliseo jerezano junto a un jovencísimo Antonio El Pipa, y Milagros Mengíbar.

Manolete, tras recibir el Premio Nacional de la Cátedra en 2001.
Manolete, tras recibir el Premio Nacional de la Cátedra en 2001. / Miguel Ángel González

Volvió en el año 2000 para compartir escenario con Estrella Morente, y repitió con espectáculo propio en 2002. Dos años después, en febrero de 2004, se subió nuevamente a las tablas del Villamarta, esta vez compartiendo talento con Antonio Núñez ‘Chocolate’, mientras que en 2007 hizo lo propio con otro ‘monstruo’ del flamenco del siglo pasado, Manuel Agujetas.

Varios años antes, en 2001, la Cátedra de Flamencología y Estudios Folclóricos Andaluces le concede el Premio Nacional al Baile.

En 2009 abrió en Granada su propia escuela, La Chumbera, a los pies de la Alhambra.

El artista granadino dejará pues un legado elegante, con una pose y un baile muy masculino, que le hizo ganarse el respeto de compañeros y alumnos. Como bien reconocía en 2007 en Diario de Jerez, del flamenco de hoy día “no me rebelan muchas cosas, pero sí que en tres meses se haga una persona figura. A mí me ha costado cuarenta años. Eso me rebela, pero lo veo normal según avanza la viday los medios de comunicación”.

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