Melón Jiménez: "Las horas de esfuerzo con la guitarra las convierto en placer"

El destino quiso que sus ojos vieran la luz por primera del cielo alemán, lugar en el que nació debido a las circunstancias laborales de su padre, Miguel Jiménez, discípulo de Rafael del Águila.

Melón Jiménez (27 de noviembre de 1986) lleva la guitarra tatuada en su sangre, a puro fuego, como el toque que emiten sus dedos sobre su fiel compañera, la guitarra que toca como si se tratase de un juego.

El guitarrista es uno de los ocho finalistas del I Premio SGAE de Flamenco Paco de Lucía gracias a 'Gato Montoya', una rondeña que presentó en homenaje a Madrid y al maestro Ramón Montoya.

A pocas horas de viajar hasta Sevilla, lugar en el que tendrá lugar la final, se lo toma con calma aunque confiesa que "hay mucha ilusión y nervios. Estoy loco de contento desde que me comunicaron que era finalista. Es un lujo estar ahí con un pedazo de jurado como el que hay”.

'Gato Montoya' parte de uno de los temas que estarán en su próximo disco, un trabajo que espera sacar en los próximos meses. "Elegí la rondeña porque es un sencillo de pura guitarra, solamente estoy yo".

A caballo entre Madrid y Jerez, Melón Jiménez es un ser libre, un ciudadano del mundo que disfruta del toque como un niño jugando con la pelota. "Huyo de la soledad de un cuarto oscuro, me gusta levantarme, coger la guitarra y pasarme las horas jugando con ella. Más que un sacrificio es gratificante. Las horas de esfuerzo las convierto en placer”.

Melón Jiménez comenzó con la guitarra a una edad muy temprana, con cuatro años. En plena adolescencia, a los 15, entró a formar parte de la banda de Niña Pastori como guitarrista oficial, una oportunidad que le permitió pisar algunos de los escenarios más importantes del mundo.

Constante, tenaz y soñador, Melón Jiménez disfruta del flamenco las 24 horas del día y de Jerez, lugar al que suele venir aunque actualmente resida en Madrid. "Intento irme a jugar al tenis algunas veces, pero la guitarra siempre está presente en mi vida. La llevo en mi corazón todas las horas del día”.

'El sonido de los colores' fue el primer álbum que el guitarrista publicó, un trabajo en el que homenajea al arte de la pintura a través de los palos del flamenco.