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La diabetes es una enfermedad silenciosa caracterizada por una alteración en los niveles de glucemia causados por un déficit insulina. Muchas personas descubren que la tienen cuando se enfrentan a problemas como la visión borrosa, problemas del corazón o cualquier otra de las complicaciones derivadas de la diabetes tipo 2. No controladas, las complicaciones de la diabetes tipo 2 pueden afectar considerablemente a la calidad de vida de las personas que la padecen. En este sentido, la investigación no cesa y cada cierto tiempo se van consiguiendo avances significativos que reducen el impacto de esta enfermedad en la vida de las personas que la padecen.
La última ha venido de la mano de un equipo de investigadores del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos, dependiente del CSIC, que han identificado una nueva bacteria intestinal del género Holdemanella, capaz de reducir los niveles de glucosa en sangre después de las comidas, así como de mejorar el metabolismo en órganos como el hígado.
En la diabetes tipo 2 el cuerpo de una persona no produce suficiente insulina o la insulina no se asimila eficientemente, por esta razón la glucosa se acumula en la sangre y se produce la hiperglucemia que diagnostica la diabetes tipo 2. El equipo, coordinado por Yolanda Sanz, investigadora del IATA-CSC, centra su investigación en analizar la función que las bacterias que habitan en nuestro tracto intestinal tienen en nuestra salud, no únicamente los efectos locales que ejercen en el intestino, sino también los que se producen a través de su interacción con diversos órganos y sistemas, incluido el hígado y el cerebro, informan desde el CSIC.
Pues bien, estos investigadores han descubierto que ambos indicadores se encuentran alterados en personas con obesidad, con síndrome metabólico o con diabetes tipo 2, por lo que su regulación y restauración funcional sería muy beneficiosa para estas patologías.
Los sujetos con sobrepeso y obesidad presentan un exceso de glucosa en sangre, como consecuencia del consumo de dietas poco saludables, y requieren una mayor secreción de insulina para que la glucosa, tras la ingesta de alimentos, entre en el interior de las células y se reduzca la glucemia en sangre.
Hemos observado, a través de estudios en modelos experimentales, que al inducir esta bacteria en ratones con obesidad por una dieta rica en grasas y en azúcares, se atenuaban las alteraciones relacionadas con la obesidad, especialmente los niveles de glucosa en sangre y la intolerancia a la glucosa.
La bacteria intestinal del género Holdemanella forma parte de la microbiota natural de individuos metabólicamente sanos y tiene la capacidad de mejorar la tolerancia a la glucosa, es decir, reducir las concentraciones de glucosa tras la ingesta. Y esto lo hace a través de dos mecanismos.
Por un lado, en el intestino grueso se incrementa la producción de incretinas, especialmente la hormona GLP1, que actúan en el metabolismo de la glucosa y que mejoran la secreción de insulina y su sensibilidad de algunos tejidos, como en el hígado. Como consecuencia, se produce una reducción de la glucosa en sangre tras las comidas.
Por otro lado, también observamos que, al administrar esta bacteria, mejoraban las señales que la hormona GLP-1 manda al cerebro, por vía neural, lo que favorece el control del metabolismo de la glucosa en tejidos periféricos, como el hígado, y se mejora la sensibilidad a la insulina.
Según indica Marina Romaní, investigadora postdoctoral del CSIC en el IATA-CSIC, ''las aplicaciones de esta bacteria son diversas y presentan un horizonte optimista. En particular, en el campo de la alimentación, la bacteria podría utilizarse como probiótico de nueva generación. También en la industria farmacéutica podría ser utilizada como agente bioterapéutico para el tratamiento y la prevención de las disfunciones del metabolismo de la glucosa'', eplica.
Asimismo, ''esta bacteria podría usarse, en combinación con fármacos antidiabéticos, para incrementar su eficacia a dosis reducidas y, por tanto, reducir también sus efectos adversos, una de las principales causas por las que ciertos fármacos que resultan eficaces son retirados del mercado'', sentencia Romaní.
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