Peritonitis: cómo se produce y signos tempranos para evitar una muerte como la de la pequeña Emma
Un diagnóstico tardío de la peritonitis suele derivar en sepsis, una infección de la sangre que provoca fallo multiorgánico
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Una de las noticias más relevantes y que más impacto ha generado en los últimos días es la de del fallecimiento de la joven Emma. La pequeña valenciana de 12 años murió a causa de una "peritonitis purulenta" con infección en la sangre que no supieron detectar en tres visitas a las Urgencias de diferentes hospitales. El diagnóstico fue un supuesto 'virus' que le provocaba vómitos, dolores abdominales y fiebre, sin ninguna prueba ni análisis que aportara un diagnóstico más específico que mejorara el cuadro clínico de la menor. Pese a varios avisos de la madre de que uno de sus hijos había padecido una apendicitis, una de las causas que provocan este problema, los médicos que la atendieron no valoraron esta posibilidad. Pese a ello, cabe destacar que el pronóstico de este padecimiento es malo ya que presenta una mortalidad que puede llegar hasta el 60% siendo la prevención la medida más importante para evitar su desarrollo. Una de las causas más comunes de no detectarlo es la confusión de sus síntomas con otros compatibles con otro tipo de afecciones que provocan los síntomas iniciales. Por ello, identificarlos o realizar ciertas pruebas puede ser vital para la supervivencia.
Cómo se produce
La peritonitis aguda es una inflamación del peritoneo, una membrana que cubre la pared interna del abdomen y rodea y protege los órganos de la cavidad abdominal; su superficie es inusualmente grande, que incluye posible gravedad del cuadro de peritonitis. Esto suele suceder cuando una infección bacteriana u otro problema de salud hace que se acumule sangre, líquido o pus en el abdomen. Si esto sucede, puede propagarse rápidamente a través del torrente sanguíneo (lo que se denomina sepsis) y a otros órganos, lo que provoca un fallo orgánico múltiple que puede provocar la muerte si no se trata.
Las causas comunes de peritonitis secundaria, la más común, incluyen tener un apéndice roto o úlcera de estómago, enfermedades digestivas como la enfermedad de Crohn o la diverticulitis, una pancreatitis, una enfermedad inflamatoria pélvica o perforaciones del intestino, estómago, intestino, vesícula biliar o apéndice. Normalmente, se produce por una perforación del apéndice o por una lesión grave en el abdomen.
Existen dos tipos:
- Peritonitis espontánea primaria, normalmente, por la complicación de una enfermedad llamada ascitis, que consiste en la acumulación de líquido en el abdomen, en el que las bacterias proliferan. Este tipo de peritonitis es poco frecuente y se da más habitualmente en personas que padecen algunas enfermedades crónicas, como la cirrosis hepática con ascitis
- Peritonitis secundaria, que generalmente se desarrolla cuando una lesión o infección en la cavidad abdominal permite que organismos infecciosos ingresen al peritoneo. Se suele producir cuando el contenido de las vísceras invade la cavidad abdominal, debido, usualmente, a la perforación del apéndice en la apendicitis aguda u otras partes del tubo digestivo en el caso de úlceras gástricas o duodenales.
Ambas son potencialmente mortales, y requieren de cirugía de urgencia, especialmente si la peritonitis ha sido causada por afecciones como apendicitis, úlcera estomacal perforada o diverticulitis. El tejido infectado, como un apéndice reventado o un absceso, se extirpa quirúrgicamente. Asimismo, durante la hospitalización se requerirán tratamientos antibióticos de amplio espectro por vía intravenosa o medicamentos antimicóticos para tratar la infección. Por último,. suelen ser necesarios tratamientos de apoyo adicionales si la insuficiencia orgánica por sepsis se desarrolla como una complicación de la infección. Dichos tratamientos pueden incluir líquidos intravenosos, medicamentos para mantener la presión arterial y apoyo nutricional.
Síntomas tempranos
Entre los síntomas más frecuentes de la peritonitis aguda se hallan:
- Dolor abdominal: Suele ser un dolor abdominal sordo que rápidamente se convierte en dolor intenso y persistente que dificulta cualquier movimiento.
- Fiebre: es un signo que, en pacientes ancianos o inmunodeprimidos, puede faltar y suele implicar mayor gravedad.
- Falta de apetito y náuseas
- Vómitos.
- Distensión abdominal (vientre hinchado).
- Defensa muscular abdominal, conocida también como “vientre en tabla”.
- Diarrea o estreñimiento.
- Sed excesiva
- Escalofríos y sensibilidad
- Dificultad para orinar
- Cansancio
Asimismo, se debe tener precaución al realizar diálisis peritoneal. Si el dializado está turbio, tiene un color inusual o contiene manchas, líneas o bultos blancos, esto puede ser una señal de advertencia de peritonitis.
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