La aldaba
Carlos Navarro Antolín
¿Dónde está el listón de la vergüenza?
Nutrición y dietética
Los alimentos fermentados están de moda y su consumo es beneficioso para la salud. Se obtienen cuando bacterias vivas o levaduras transforman un alimento o bebida. Este proceso es llevado a cabo por bacterias o levaduras y en esta categoría se pueden encontrar el yogur y otros fermentados de la leche, el miso el requesón fermentado o el kimchi, entre otros. Los efectos positivos de los probióticos presentes en estos alimentos los ha convertido en una fuente de salud gastrointestinal. Pero, el hecho de conservar microbios vivos cuando se consumen no es suficiente para considerar un alimento fermentado como una fuente natural de probióticos. Llegados a este punto, ¿Es bueno consumirlos todos los días?
Las propiedades de este tipo de alimentos están directamente relacionadas con la salud del aparato digestivo. Concretamente, se le atribuyen a los fermentados unos beneficios que consisten en el equilibro de la flora intestinal, pero también otros.
Un comentario reciente publicado por Kevin Whelan pone de relieve que solo los lácteos fermentados como el yogur y algunos tipos de kéfir pueden catalogarse como probióticos gracias a sus efectos positivos en la salud gastrointestinal. Por el contrario, no existen pruebas suficientes que respalden los beneficios de otros productos fermentados como kombucha, chucrut (pasteurizada o cruda), tempeh, miso o kimchi para la salud gastrointestinal.
El potencial saludable de estos lácteos fermentados y del kéfir se manifiesta de diversas maneras: incremento de la diversidad de la microbiota intestinal, enriquecimiento de la microbiota con probióticos y aporte de compuestos beneficiosos al intestino.
Gracias a sus dos bacterias beneficiosas Lactobacillus bulgaricus y Streptococcus thermophilus, el yogur alivia los síntomas vinculados a la mala digestión de la lactosa y también resulta beneficioso para la salud cardiovascular.
Por otra parte, algunos tipos de kéfir pueden contribuir a aliviar el estreñimiento, mejorar la absorción de la lactosa y erradicar la bacteria Helicobacter pylori.
Entre los beneficios que se le atribuyen a los productos fermentados está, en primer lugar, la mejora de la diversidad de la microbiota intestinal y la disminución de los signos moleculares de la inflamación.
Así lo indican en un nuevo estudio de la Facultad de Medicina de Stanford (Estados Unidos), publicado en la revista 'Cell' y recogido por Infosalus. Los participantes del estudio siguieron dos dietas: una rica en alimentos fermentados y otra rica en alimentos con fibra.
Concretamente, se demostró que quienes comían alimentos como el yogur, el kéfir, el requesón fermentado, el kimchi y otras verduras fermentadas, las bebidas vegetales en salmuera y el té de kombucha presentaban un aumento de la diversidad microbiana general.
Para reforzar el poder de los alimentos fermentados, podemos tratar de combinarlos con alimentos ricos en prebióticos. Por ejemplo, mezclando yogur o kéfir con fruta o semillas obtendremos probióticos, prebióticos y numerosos nutrientes esenciales, con un efecto acentuado en nuestro bienestar digestivo y general.
Asimismo, combinar alimentos fermentados probióticos con fruta para el desayuno o el postre, por ejemplo, es una alternativa interesante para evitar alimentos dulces y salados como cereales procesados o helados. Si tenemos esto en cuenta, es fácil entender por qué las leches fermentadas probióticas se consideran indicadores de calidad de la dieta más allá de su valor nutricional.
De todos los alimentos fermentados, el yogur es uno de los más conocidos y consumidos en nuestro país. Su consumo diario también puede presentar diferentes beneficios para la salud, tal y como indican desde La Fundación Española del Corazón:
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