La Film Symphony Orchestra en San Fernando: Espectacular tributo a las "joyitas" de la música del cine

Bahía Sound se anota un lleno absoluto con la gira de la FSO y el divertido e ingenioso "viaje" propuesto por el director Constantino Martínez-Orts

Constantino Martínez-Orts dirige a la Film Symphony Orchestra en San Fernando.
Constantino Martínez-Orts dirige a la Film Symphony Orchestra en San Fernando. / Ayuntamiento San Fernando

San Fernando/Los conciertos de Bahía Sound en San Fernando cambiaron de tercio en la noche del domingo para dejar a un lado la música de actualidad -en sus variados estilos y formas- y hacer sitio en esta propuesta de verano a una orquesta sinfónica que, sin embargo, consiguió una apabullante y envidable respuesta de público.

Hubo lleno absoluto en este recinto al aire libre con capacidad para 1.500 personas, lo que en realidad no fue ninguna sorpresa porque la Film Symphony Orchestra (FSO) está acostumbrada a colgar el cartel de entradas agotadas allá por donde vaya. Y en La Isla no iba a ser y menos.

La FSO es una orquesta de culto que rinde culto a la música de cine y a la que sigue una auténtica legión de entusiastas fans, como se demostró anoche en San Fernando, donde hizo gala de una puesta en escena potente, que tendía a emular esa grandiosa espectacularidad del séptimo arte. La orquesta supo contagiar su pasión por el cine con una propuesta alegre, divertida e ingeniosa y, por supuesto, con ese punto friki que la caracteriza y que la ha hecho tan popular.

Fue una noche de homenaje al cine en la que no hubo ni rastro de la gran pantalla. Esta vez fue la música, con su capacidad para emocionar y con su poder para evocar, la que tomó el protagonismo para llevar al público a lo largo de "un viaje" a lo largo de la historia de esas partituras hechas para acompañar a las imágenes que, sin embargo, trascienden más allá de ellas para adquirir vida propia.

La Film Symphony Orchestra (FSO) durante el concierto que ofreció en San Fernando.
La Film Symphony Orchestra (FSO) durante el concierto que ofreció en San Fernando. / Ayuntamiento San Fernando

En ese viaje -más bien vuelo- el carismático director, Constantino Martínez-Orts, ejerció también de maestro de ceremonias al introducir cada uno de los temas para compartir el sentido que tenía partitura y qué expresaban cada uno de sus ritmos y texturas, cómo hablaban los instrumentos que llevaban el peso de la composición y cómo funcionaban en el espectador al entrar en diálogo con las imágenes de la pantalla. Tanto fue así que, al destripar algún que otro final, tuvo que advertir en broma que a los conciertos de la FSO "hay que venir ya con las películas vistas".

Lo cierto es que resultó difícil no dejarse llevar por su pasión por la música del cine en este tributo de casi dos horas y media que estuvo también salpicado de anécdotas acerca de los grandes compositores de la gran pantalla y sus obras.

El concierto de la FSO -el penúltimo de una gira sacudida por la pandemia que terminará en septiembre- incluyó en el programa algunos de los temas principales y suites de las bandas sonoras más populares, como Piratas del Caribe (Klaus Badelt) o Regreso al futuro (Alan Silvestri), pero también piezas menos conocidas aunque igualmente exquisitas, "joyitas" del cine, como las llamó Constantino Martínez-Orts: entre ellas, el clásico Abismo de pasión, de Erich W. Korngold, o El discurso del Rey, de Alexandre Desplat.

La Film Symphony Orchestra sorprendió al rescatar un tema de El secreto de la pirámide (Bruce Broughton) y la apertura de la serie de televisión de los 80 Norte y Sur (Bill Conti). E hizo las delicias del público con la suite de Aladdín (Alan Menken) y, sobre todo, cuando se hizo acompañar de una soprano para interpretar El éxtasis del oro (Ennio Morricone) de la película El bueno, el feo y el malo, con la que puso el punto final a la primera parte de un concierto memorable.

Con la suite de Amélie (Yann Tiersen) -acordeón incluido- lanzó un guiño al cine europeo y con For always (John Williams) del film A.I. Inteligencia Artificial brindó otro momentazo de una noche que terminó con el Mambo de West Side Story y La cantina de Star Wars.

La velada, eso sí, tuvo que combatir el frío viento de poniente en plena noche junto a la Bahía, que se lo puso difícil tanto al público como a la orquesta.

stats