El derribo de las casetas de la playa de La Casería ya tiene fecha: antes del 1 de marzo de 2022

Los pescadores y propietarios de estas estructuras ya han recibido notificación del procedimiento judicial abierto con el plazo de ejecución

El colectivo aguarda confirmación del Ayuntamiento sobre cuándo se colocarán los nuevos módulos retranqueados y cuántos serán

Algunas de las casetas de la playa de La Casería.
Algunas de las casetas de la playa de La Casería. / Julio González
Amaya Lanceta

13 de octubre 2021 - 13:00

San Fernando/Los pescadores artesanales de la playa de La Casería ya conocen la fecha límite de ejecución de los derribos de las casetas: el 1 de marzo de 2022. En concreto todos los propietarios de estas estructuras, excepto los establecimientos hosteleros, han recibido un escrito en el que se les notifica que el procedimiento de ejecución por parte de Costas que se prolongará entre diciembre y el 1 de marzo ha sido admitido a trámite por el Juzgado número 2 de lo Contencioso Administrativo de Cádiz.

Este plazo obliga, entiende la asociación de pescadores, a realizar el traslado de los enseres de pesca previamente y por tanto demandan al gobierno municipal celeridad para la colocación de los módulos que sustituirán a las casetas en otro emplazamiento cercano.

"No tenemos confirmación de cuántos módulos o de cuándo se colocarían", advierte José María Domínguez, representante del colectivo de pescadores, que cuestiona que el equipo de gobierno haya dado por cerrado el acuerdo sin que se conozcan estos detalles fundamentales para los afectados. "Cerrado no está", insiste, y recuerda que han presentado un escrito en el que solicitan la concesión de los terrenos y unos módulos para su instalación en ellos para la actividad.

Aunque se ha insistido con la declaración de interés público la asociación siempre ha mantenido la negociación activa para el retranqueo de las estructura, "un plan b" para evitar que el trabajo de los pescadores pudiera perderse con el derribo de las casetas. Desde el primer momento se trató esta posibilidad puesto que en noviembre de 2020 ya contaban con una respuesta a la pregunta planteada en el Congreso de los Diputados en la que se descartaba la viabilidad del asentamiento y se reconocía la opción del retranqueo como viable.

"La alcaldesa se ha reunido dos veces con el secretario de Estado del Ministerio deTransición Ecológica y le han remarcado que esta era la única alternativa. De hecho están de acuerdo y no iban a poner inconvenientes. Quieres que la pesca tradicional no se pierda y por eso van a favorecer que los módulos se pongan", explica Domínguez. Por eso, critica que el equipo de gobierno continúe hablando de la declaración de interés público con la que pretendían salvar el enclave. "No era viable desde el primer momento y lo sabía. A nosotros nos lo han dejado claro la directora General de Costas y la subdirectora de Dominio Público. La Junta no iba a continuar con el proceso si Costas no emitía su informe que era necesario. Había que intentarlo entonces, pero ahora ya está feo seguir", asume este representante de los pescadores que se centran ahora en la alternativa.

Hasta tres opciones se han puesto sobre la mesa, pero solo una era adecuada para permitir que la actividad pesquera prosiga sin grandes dificultades. Eran cerca del mar, pero las mareas no favorecían la salida de los botes e incluso obligaban a los marineros a coger los vehículos para llevar el pescado a las nuevas estructuras. La propuesta aceptada supone el retranqueo a 60 metros desde la posición actual. “Es una zona de terrizo enfrente de las casetas y pegada a la carretera, donde estaba la antigua pista de fútbol”, detalla José María Domínguez sobre la ubicación acordada para instalar las nuevas estructuras. "Hay predisposición pero no está cerrado porque no tenemos fecha ni sabemos cuántos módulos van a poner", abunda.

Ahora se ha iniciado el procedimiento para la concesión del terreno –tras la petición registrada en el Ayuntamiento por el colectivo la semana pasada – a la Asociación de Pescadores Artesanales de La Casería, apuntó el martes en un comunicado el gobierno isleño. En esa superficie se pretende que cada pescador cuente con una nueva caseta donde guardar los aperos. En concreto son 13 armadores cada uno con embarcación que deben contar con este espacio de trabajo, pero se solicita una más para sede de la entidad. En total se colocarían 14 módulos en el nuevo emplazamiento.

Esto sin embargo no tiene confirmación: ni del número ni de la fecha en que se dispondrán. De ahí que el colectivo reclame a la Administración local la agilización del proceso puesto que los afectados ya tienen fecha de ejecución de los derribos, entre diciembre y marzo, y por tanto tienen que realizar el traslado de los materiales. "Es necesaria la autorización del uso de los terrenos para que se coloquen los módulos y poder hacer la mudanza y que eso no interfiera en el trabajo de los pescadores", defienden.

Situaciones distintas

La hostelería se mantendrá en pie por el momento. La Cantina El Titi-El Bartolo y el merendero La Corchuela o Muriel se encuentran en dos situaciones distintas. Los primeros cuentan con una concesión, aunque Costas ha mostrado su rechazo y ha llevado a la Junta a la Justicia por la autorización. Los segundos tienen concedidas medidas cautelares de la Justicia, que impiden que se proceda al derribo del establecimiento.

Por su parte los vecinos de La Casería con caseta perderán su propiedad toda vez que solo se sustituirán las destinadas al trabajo de pesca. Para los pescadores la opción es una nueva ubicación con módulos donde guardar los enseres y trabajar, mientras las barcas seguirían fondeadas en el mismo lugar.

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