Bendecido y estrenado el nuevo palio de Las Lágrimas

En el transcurso de la misa que la hermandad celebra en la mañana del Jueves Santo, se llevó a cabo la bendición del nuevo techo y caídas del palio de Nuestra Señora de las Lágrimas, que para ocasión tan especial fue situado en el centro del presbiterio de San Juan de los Caballeros, mientras que el paso del Cristo de la Esperanza se situó al pie del templo alfonsino.

Ofició la eucaristía el que es hermano número uno de la corporación, el sacerdote José María Berraquero, en una celebración cargada de emociones al verse concluido un trabajo que comenzó a gestarse hace cinco años, en la etapa como hermano mayor de la hermandad de Francisco Muñoz. En el acto, el actual hermano mayor e impulsor definitivo de la obra, José Ignacio Soto, ofreció unas palabras para rubricar la bendición resaltando que ha sido posible gracias a la labor, trabajo y colaboración de los propios hermanos sin que el gasto haya ido en menoscabo de otras acciones de la Hermandad, como las de caridad.

En este sentido, resaltó cómo el Miércoles Santo, la sección de caridad de la hermandad llevaba a cabo su semanal reparto de alimentos, pese a las fechas en las que nos encontramos. Como era de esperar, dado que la cofradía ha mantenido oculto el resultado final hasta ayer, causó gran impresión la nueva estética adquirida por este palio, dando salida así a la gran expectación que se había creado por conocer este trabajo que han desarrollado en su taller los bordadores sevillanos José Ramón Paleteiro e Isabel Melero.

La base del concepto estético desarrollado es simplemente la reproducción del motivo bordado del manto antiguo de Las lágrimas, que se pasó y restauró para situarlo en el de salida, que se agrandó reproduciendo la cenefa que lo rodea. Esa misma pieza reproduce tanto en el exterior de las caídas en el interior y en el perímetro del techo de palio, en el que manda de forma prioritaria el escudo del emperador Carlos V, que reinaba en España en la época en la que nació la hermandad de la Vera Cruz.

La técnica empleada es la del bordado a realce sevillano, con oro entrefino sobre terciopelo azul oscuro, el mismo que lleva la dolorosa en el manto y saya. Además, este paso de palio experimenta otro cambio artísticos significativo con la recuperación de los faroles que fueron del paso de palio de la Virgen de las Penas, de la Hermandad de San Vicente de Sevilla, unas valiosas piezas de orfebrería creadas a mediados del siglo pasado por el artista hispalense Seco Imbert.