Desde la Constancia, con Pasión

La Paz

La corporación cumple su tercera estación de penitencia a la Catedral con casi 200 nazarenos

Dos bomberos se 'asoman' al misterio de Jesús de la Paz durante la tradicional ofrenda en Martín Ferrador.

Foto: Manu García
Dos bomberos se 'asoman' al misterio de Jesús de la Paz durante la tradicional ofrenda en Martín Ferrador. Foto: Manu García
Javier García Rincón

26 de marzo 2013 - 01:00

QUINCE minutos faltaban para la cinco de la tarde, la hora torera por excelencia, la que cantara Federico García Lorca en su 'Llanto por Ignacio Sánchez Mejías', cuando las puertas de la iglesia parroquial de Fátima, el templo que gestara allá por los sesenta Fernando de la Cuadra, en el torero barrio de la Constancia, se abrían para dar paso a la Hermandad de la Paz, que en este 2013 cumple ya su tercer año haciendo estación de penitencia a la Iglesia Catedral.

Hechuras de cofradía grande son las que está tomando esta corporación, heredera, como otras que hoy hacen su Estación de Penitencia en el primer templo de la ciudad, de una asociación juvenil de viernes de dolores que surgieron en los ochenta en barrios donde fueron el único referente cofrade.

Un amplio y elegante cortejo de nazarenos, rondando los 180, encabezados por la Cruz de Guía, que porta el Lignum Crucis, vistiendo su característico hábito blanco y carmesí, avanzaban ordenadamente mientras en el interior del templo se preparaba para salir el paso de misterio, representación del momento en el que a Jesús le hacen entrega de la cruz para que inicie su caminar hacia el Calvario. 40 hombres a las órdenes del incansable Jesús Caro ponían alma, vida y corazón para llevar al Señor de la Paz por las calles de Jerez. Ha estrenado este paso de Misterio los respiraderos delantero y trasero (éste último con el escudo de los Bomberos de Jerez, un nuevo guiño de la cofradía a sus hermanos de honor), las maniguetas y los candelabros centrales, todo ello obra de Antonio Ibáñez. Tras el paso, un año más, la Agrupación Musical Virgen de Valme de Dos Hermanas, que por octavo año consecutivo continúa su particular idilio con esta joven cofradía. Señal de ello fue la interpretación de la marcha "Oh bendita Estrella", obra de José Manuel Mena, director de la Agrupación.

La imagen de la Virgen del Refugio, hermosísima talla que saliese de las gubias de Elías Rodríguez Picón, hacía su aparición en el dintel de la puerta trasera del templo. Ha estrenado esta Dolorosa una corona de salida y una fila de candeleros, nacidas de las manos de un artista cono Antonio García Falla, de la que será la futura candelería de este paso, inspirada en la de la sevillana hermandad de San Bernardo, que desde los inicios presta su apoyo incondicional a esta dinámica corporación. Como cada año, José Luis Lobato se puso al frente de los treinta costaleros que calza este palio y, en el apartado musical, la Banda de Música Álvarez Quintero de Utrera, que con un selecto y elegante repertorio, entre las que cabe destacar "Desamparo", del Maestro Álvarez Beigbeder, acompañó al más joven de los palios de Jerez.

Para reseñar en el caminar de la Hermandad de la Paz de Fátima, su primer encuentro de la jornada, con sus hermanos los Bomberos ante el parque. Digno es de mencionar es este momento, lleno de emoción para la cofradía y para el barrio, en que la Hermandad se hace una con los hombres del parque de Martín Ferrador, que este año, en número de veinte, han acompañado y dado escolta a esta joven Corporación. Desde el vehículo autoescala, dos bomberos procedieron a hacer una ofrenda floral al Señor de la Paz y una hermosa petalada a la Virgen del Refugio.

A las 20,30 horas un ligero 'chispeo' de lluvia cogió a la cofradía en el entorno de la Catedral, lo que provocó que aguantara unos minutos en el primer templo antes de regresar a Fátima, algo que hacía al cierre de esta edición.

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