“Creemos que ya es hora de tener una cofradía con fuerza en Jerez”
Ezequiel Simancas | Capataz de cofradías
Simancas llega a una docena de años delante de los pasos en un momento de madurez y con un trabajo incuestionable
Jerez/—¿Cómo ha ido su Semana Santa?
—Estupenda. Desde que comenzamos el Viernes de Dolores en la agrupación parroquial del Sexto Dolor en Chiclana hasta el Viernes Santo que acabamos en San Pedro, en las cofradías, costaleramente hablando, se ha dado de categoría. El trabajo que se hizo en Cuaresma se ha plasmado en la Semana Santa. Y lo hecho está ahí y lo puede ver todo el mundo. Creo que nuestro trabajo se ha culminado con bastante éxito.
—¿Cuántas ha sacado este año?
—Cinco contando con la de Chiclana.
—Y una nueva como ha sido la Virgen del Socorro de la hermandad de la Viga.
—Desde el primer momento que nos llama la junta de gobierno todo ha sido un regalo porque ha habido mucha conexión entre la junta, la priostía y el equipo de capataces junto a la cuadrilla. Esto nos ha ayudado para que el Lunes Santo saliera tan bien. Ha sido un regalo de la Virgen en una jornada preciosa. Era un perfil nuevo al que llegábamos y desconocíamos la fuerza interior que tiene. Así que todo ha ayudado para que el trabajo costalero haya funcionado tan bien. A partir de ahora es cuando comienza el verdadero trabajo de esta cuadrilla que ha puesto una primera piedra muy buena.
—¿Ha trabajado con gente de su confianza o con los costaleros que había en la hermandad?
—Ha sido la primera hermandad a la que hemos llegado y nos hemos encontrado costaleros de otras hermandades y de la propia hermandad de la Viga. Eran veinte costaleros de la cuadrilla de antes y un grupo que quería trabajar esa cofradía con nosotros. Se ha hecho una buena mezcla de gente que viene conmigo, gente de la hermandad y otros costaleros que llegaban de otras cofradías. En poco tiempo esta cuadrilla va a dar de qué hablar. Vamos a subir el listón porque la exigencia a corto plazo se puede dar.
—¿Era quizá otro perfil de cofradía a las que habéis trabajado anteriormente?
—Por supuesto. Necesitábamos este perfil de cofradía porque llevábamos muchos años con otro tipo de cofradías y teníamos esa necesidad de hacer otra cosa distinta. Ojalá esto nos habrá las puertas a otras hermandades que nosotros estaríamos encantado de trabajarlas.
—¿Quizá ha llegado la hora de coger una cofradía entera y potente?
—Yo lo que creo es que nos hace falta una hermandad que nos dé el sitio al trabajo que llevamos realizando durante doce años. En este tiempo la nómina de cofradías es amplia y habla por sí sola. Creemos que ya es hora de tener una cofradía importante y con fuerza en Jerez. Ni mejor ni peor, pero sí con fuerza. Tampoco es una necesidad imperiosa porque, donde estamos, estamos bien. Pero a nadie le amarga un dulce.
—¿Cuántos hombres maneja usted para trabajar las cofradías?
—A día de hoy la nómina de costaleros es de quinientos treinta y ocho.
—Hay, por tanto, de todo. Gente fiel que le sigue y otros que salen en una específicamente.
—Exactamente.
—¿Cómo ve el estado actual de la cuestión costalera?
—A día de hoy, afortunadamente, vivimos un estado de salud muy bueno desde el punto de vista de la costalería. Quizá nos está fallando el combustible. La Semana Santa es un Ferrari pero nos falta la gasolina idónea. Es decir, darle sentido al trabajo que se está haciendo. Nosotros intentamos mantener una misma línea y quizá echo en falta la identidad que buscamos y que no acabamos de ser reconocidos. Sobran ‘sacapasos’ o ‘salvapasos’, y nos faltan costaleros comprometidos. Hay cuadrillas en las que faltan hombres y estos ‘salvapasos’ se apuntan y después se ve un trabajo irregular. Nosotros, gracias a Dios, ese perfil no lo tenemos porque hay gente de sobra. También hay parte de culpa de quienes están delante porque permiten que esos valores que deben de tener los hombres de abajo y que nosotros cuidamos se alteren.
—¿Hay falta de costaleros?
—No es eso. Lo que quiero decir es que dependiendo del trabajo que realice el capataz y de las hermandades, tendrás más o menos costaleros. Antiguamente pasaba lo mismo. Los pasos tienen un factor importante como es la devoción. Pero evidentemente para estar debajo de los pasos se requiere unas condiciones físicas. El costalero bueno de verdad sí mira eso porque pone su fuerza física a disposición de un capataz durante unas horas. El costalero de esta generación es más exigente y pide unas garantías al que está delante mandando.
—No quiero preguntarle ni por los profesionales vaya a ser que le tilden de pesetero.
—Del tema de los profesionales no me tapo y siempre he dicho que me gusta ese formato. No está fuera de lugar porque cobran los floristas y las bandas. Lo que sí quiero es darles las gracias a mis costaleros por el gran trabajo realizado en cada cofradía que hemos sacado y decir una vez más que estamos al servicio de las cofradías y de la Iglesia.
—¿Para el año que viene puede haber algún cambio de martillo?
—Creo que sí. Soy una persona positiva y el trabajo habla por sí solo. Esto es una realidad y no se puede obviar. Espero que haya cambios y tengo ganas de trabajar otro perfil de cofradía. Y además creo que tenemos los mimbres suficientes para estar en cualquier cofradía de cualquier índole. Este es el motor que nos mueve.
—¿Si el Miércoles Santo le ofrecen el Prendimiento dejaría usted el Amparo?
—El Señor del Amparo ha sido este el último año que nos hacemos cargo. Nos vamos porque la junta actual acaba y teníamos un compromiso con Juan Luis Vázquez y hemos acabado nuestro ciclo allí. Le trasladé esto a la hermandad y ahora si sale otra como el Prendimiento u otra, si aceptan nuestra forma de trabajo, no va a haber ningún tipo de problema. Eso sí, para hacerme cargo de un paso en concreto tiene que estar vacante el puesto. No me gusta faltarle el respeto a los compañeros. Una vez vacante, me siento con quien haga falta.
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