Crónica del Sábado Santo: Jornada de estrenos y recuperaciones

Jerez/La muerte y la vida se daban la mano en la jornada del Sábado Santo que este año, tras cuarenta de ausencia, recuperaba las procesiones de manera que sea todo un sendero que guíe al Pueblo de Dios a la Sagrada Resurrección.

De esto se trataba. De no crear una laguna entre la Muerte del Señor con la solemnidad de todas las solemnidades que se inicia en el lucernario y donde se canta que Cristo es la luz verdadera. Se bendice el cirio pascual y se pronuncia el pregón, preciosa pieza donde se mira al cielo y se canta aquello de “esta es la noche en que, rotas las cadenas de la muerte, Cristo asciende victorioso del abismo”. Por tanto, San Pablo se pregunta ¿dónde está la victoria y dónde el aguijón de la muerte que es el pecado?

Pero saliendo de disquisiciones litúrgicas o teológicas a la que el cronista no está llamado, bajando a la realidad, nos quedamos con una jornada de grandes estrenos. Cuarenta de espera y tres cofradías en las calles de la ciudad.

El Santísimo Cristo de la Almas salía justamente a las 16.30 horas de la parroquia de Santiago. El Santísimo Cristo de las Almas, obra atribuida al imaginero hispalense Diego Roldán Serrallonga, procesionó por primera vez en la Semana Santa de Jerez, ya que hasta la fecha lo hacía en solemne Vía Crucis en la jornada del segundo sábado de Cuaresma. Gracias al trabajo del diseñador gráfico jerezano Jaime Sánchez García, la imagen estaba entronizada sobre un suelo marmóleo en tonos rojizos, negros y grises. En el mismo, el crucificado se encuadra dentro de una cenefa con diferentes Armas Christi, el escudo de la corporación, así como en la trasera aparecía la calavera con las dos tibias, representando que Cristo venció a la muerte y al pecado. Un grupo de hermanos sin túnica, acompañaban al crucificado de la Sacramental y tras el paso sonaba la banda de cornetas y tambores "Asociación Musical Ruiz-Mateos", de Rota.

Tras la Sacramental, que presentaba sus credenciales a las 18.15 horas en el palquillo de Aladro, iba otra cofradía de estreno. La Sagrada Mortaja que de esta forma llegaba por primera vez a la carrera oficial. Conjunto escultórico impresionante sobre un portentoso paso. Cristo está siendo amortajado tras el martirio de la cruz. Las túnicas negras y elegantes de los hermanos de la Mortaja ofrecieron a la tarde ese tono oscuro que pronto se tornará en júbilo. Una primera prueba por parte de la cofradía con sede en Divina Pastora que se encuadra en un trabajo continuo para buscar la solución a la entrada de sus andas en la Catedral jerezana.

Y por último el Santo Entierro. Con representaciones de distintos estamentos institucionales y sociales de la ciudad. Acompañamiento de un nutrido número de hermandades que con túnicas también estaban presentes en el entierro de Cristo. Cuerpo litúrgico de acólitos y hasta la recuperación del famoso Triunfo de la Cruz sobre la Muerte, con la alegoría del esqueleto en posición reflexiva tras haber sido vencido por medio de la Resurrección. En Sevilla, conocida popularmente como ‘La Canina’.

Para cerrar este día de procesiones en las calles, un sueño de palio y una belleza singular con el duelo donde la Santísima Virgen de la Piedad era el broche perfecto. Una maravilla para poner fin a la Pasión y Muerte del Señor. Hoy, es Domingo de Resurrección y atrás queda el suplicio, la entrega sin condiciones de Jesús el Nazareno y los hechos acontecidos para dar sepultura al inocente. Ya lo dice el precioso pregón pascual: “Qué asombroso beneficio de tu amor por nosotros! ¡Qué incomparable ternura y caridad! ¡Para rescatar al esclavo, entregaste al Hijo!”.