De la Trinidad para Jerez
Semana Santa 2019
Derroche de clasicismo en la estación de penitencia de Humildad y Paciencia
Jerez/La Plaza de las Angustias ha pasado, en tan sólo dos días, del negro penitente de los nazarenos del antiguo humilladero, aquél cuyos muros llegaron a escuchar sermones protestantes y proclamas republicanas en el tan convulso siglo XIX, al blanco trinitario que en la jornada de ayer, Martes Santo, vistieron los nazarenos de la Hermandad de Humildad y Paciencia.
Faltaban diez minutos para las seis de la tarde cuando del templo que en su día fuese convento trinitario y hoy colegio de la Esclavas, salían ordenadamente un cortejo de hábito color crema, con su cruz trinitaria al pecho, que no es sino símbolo de una lucha por la libertad por la que esta Orden Trinitaria, sin presencia ya en nuestra ciudad pero activa y muy viva en otros lugares de esta Andalucía nuestra, sigue trabajando con cuantos carecen de ella. Ser trinitario supone apostar por un Dios que es Amor porque no sabe ser otra cosa: y esta apuesta por el Dios Trinidad es el que lleva a esta hermandad de Humildad y Paciencia cada día del año, como bien a las claras lo demuestra su denodado trabajo y su apuesta en favor de los más desfavorecidos.
Austeros. Sobrios. Rectos. En silencio. Dando ejemplo de saber estar en la calle, los aproximadamente cien nazarenos que componen el cortejo de esta cofradía, avanzaban en su salida buscando la calle Medina y la collación de San Pedro. Este año pasan los terceros por la Carrera Oficial, cumpliendo el deseo de la cofradía, manifestada por boca de su hermano mayor no hace mucho tiempo aquí, en Diario de Jerez, de ir buscando la noche, la oscuridad, el silencio, las cuales ensalzan el espíritu de esta corporación.
La imagen del Cristo sedente que espera en momento de ser colgado en la cruz, atribuida a Francisco de Villegas, aparecía por el pórtico de la iglesia de la Santísima Trinidad, portado por treinta y cinco costaleros a las órdenes de Manuel Monje, que se estrena este año con esta cofradía, y, un año más, con la capilla musical Via Sacra de la vecina localidad de El Puerto de Santa María poniendo un repertorio musical acorde con el espíritu de esta cofradía.
Estrena este año esta corporación trinitaria la talla completa de la trasera del canasto, a la vez que los frisos superior e inferior de las andas y las dos cartelas centrales de los costeros.
Su paso por el barrio de la Albarizuela, así como su entrada en Carrera Oficial y su salida del primer templo dela ciudad, dejaron momentos del más clásico sabor cofrade. Humildad y Paciencia volvió a dejar en las calles de Jerez, un año más, sensaciones de hermandad clásica, de las que inspira a la devoción y al recogimiento, y que regala sensaciones de buen gusto y de un estilo que se va consolidando a pasos agigantados. La rectitud de un cortejo blanco, que deseamos que poco a poco vaya siendo más amplio, un paso al que se le gana el máximo y una imagen titular que en su forma de presentarla cada Martes Santo nos sigue proporcionando una estampa de cofradía clásica que afianza sin reparos su propio estilo.
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