Jerez volvió a rendirse a la dulzura del Cristo de los cuatro clavos
La Defensión
El palio de la O estrenó el bordado de las bambalinas delanteras
Tienen las cosas muy claras en la hermandad de la Defensión, que de unos años a esta parte ha creado un modelo de ser y de estar en la calle verdaderamente ejemplar. Nazarenos de mirada al frente perfectamente uniformados formando un cortejo solemne y que cada año va a más; un repertorio musical muy bien seleccionado acorde al espíritu de la cofradía y dos pasos de misterios soberbios. Si el del Cristo ya está finalizado después de muchos años de esfuerzos, el del palio poco a poco va tomando color y está empezando a apuntar maneras.
Ayer estrenaba el bordado de la bambalina delantera en estilo neoclásico, una obra del bordador cordobés Antonio Villar con un dibujo del capuchino fray Ricardo de Córdoba tomando como base el diseño que en su día hizo el sevillano Dubé de Luque.
Así, con todos estos elementos, entre los que sobresalen la dulzura del crucificado salido de la gubia de José Esteve Bonet y la belleza de la Virgen de la O, se puso en la calle la hermandad de la Defensión un poco más tarde que el año pasado por eso del atraso generalizado en 15 minutos que decidió la Unión de Hermandades para esta jornada del Martes Santo.
A los sones de la marcha que en su día le dedicara Abel Moreno salía el Cristo de los cuatro clavos, acompañado por miembros de las Fuerzas Armadas -después de varios años de ausencia- así como de la Policía Nacional y la Guardia Civil.
La Virgen, por su parte, se plantaba en Divina Pastora a los sones de 'Reina y Señora de la O'. Desde ahí, camino a la cercana Carrera Oficial para realizar una estación de penitencia que dejó momentos mágicos en Carpintería Baja, Tornería y Gaitán a su vuelta a Capuchinos.
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