Lala Prieto o la vitalidad de la pregonera

Cofradías

La tercera mujer que ocupará el atril del pregón de la Semana Santa se define como una persona “extrovertida, expansiva y muy clarita”

Eulalia Prieto será la pregonera de la Semana Santa de Jerez 2024

Lala Prieto Enríquez será la encargada de ofrecer el pregón de la Semana Santa 2024 en Jerez.
Lala Prieto Enríquez será la encargada de ofrecer el pregón de la Semana Santa 2024 en Jerez. / Manuel Aranda
Manuel Sotelino

14 de enero 2024 - 05:00

Jerez/Eulalia Prieto Enríquez. Lala Prieto, como es conocida por todos. “Mi nombre era un poco complicado de pronunciar y todo el mundo me llama Lala, aunque no tengo inconveniente en que me llamen Eulalia. Es mi nombre al fin y al cabo”, asevera cuando se sienta y espera impaciente la primera pregunta.

Es mujer y será la pregonera de la Semana Santa de 2024 en Jerez. Madre de dos varones que ya no viven la infancia, esposa, economista, profesora en La Salle Buen Pastor y cofrade. “Además hay que apuntar que me gustan los toros porque mi padre era muy aficionado. Y devota de la Virgen del Rocío también”. La pregonera se define como “muy extrovertida, muy expansiva y muy clarita”. No cabe duda, es una mujer muy vitalista. Le gusta leer poesía y novelas, hizo su primer pregón a los diecinueve años, tiene un canal en YouTube (Econolala) para sus alumnos y tira para adelante ella sola con todo. En su rostro no se nota la huella del cansancio y sí la de la ilusión. Es buena conversadora —lo suscribe quien firma este artículo— y, como es inquieta, hizo el B.U.P mixto. Estudiaba latín a la par que matemáticas o álgebra. Se diría de ella que posee una gran inteligencia que se une a la inquietud por todo. Y esto le ha llevado a saber cuánto más, mejor.

Esta es la presentación, más o menos, de esta mujer con carácter que ocupará las tablas del Villamarta el próximo día 17 de marzo, Domingo de Pasión. Visitó la redacción del Diario para que los lectores conozcan mejor a esta cofrade que se apuntó en la hermandad de Jesús Nazareno a los doce años “porque era el único sitio donde podía vestirme y salir en una hermandad. Los mismos derechos y obligaciones que los hombres. Soy así de cabezota. Y la hermandad de Jesús era donde hombres y mujeres podían acompañar a sus imágenes como iguales”. Quiso la cosa que ese año, por enfermedad, no pudiera salir. Al año siguiente, en la Borriquita, ya podían vestirse las mujeres. “Me apunté también en la Borriquita porque era la hermandad donde yo quería salir de siempre. Mi familia estaba muy ligada porque mi hermano Luis ya era hermano”. Así fue, participando en el grupo joven de la hermandad de San José, hasta los veinticinco años en el que viste la túnica, por primera vez, en la hermandad de Jesús. “Mi madre falleció cuando tenía esa edad y se inauguraba el columbario de la hermandad. Ella fue posiblemente la primera en llegar. Hasta que el columbario se pudo habilitar, las cenizas de mi madre estuvieron bajo el manto de la Virgen del Traspaso”, comenta mientras sus expresivos ojos acompañan a sus recuerdos. “Fue el momento en el que decidí salir con la Virgen del Traspaso cada Noche de Jesús. Y así lo vengo haciendo desde entonces, junto con mi hermandad de la Borriquita donde también visto la túnica”. Así que la madre de Lala estará muy presente el Domingo de Pasión en el Teatro Villamarta. “Mi pregón se lo dedicaré a mis padres, que ya no están aquí con nosotros en cuerpo, pero sí su alma. Los siento muy cercanos. Y a mis hijos porque habrá momentos donde dirigiré mensajes encriptados que descubrirán cuando dentro de unos años quieran ver el pregón”. Se escucha a Lala Prieto con el énfasis que pone en lo que afirma y se entiende a la perfección que la madre de la pregonera supo que su hija iba a pregonar la Semana Santa de Jerez en aquellas conversaciones secretas que mantuvo bajo el manto de la Madre de Dios que habita en San Juan de Letrán y que está traspasada por el dolor.

Lala Prieto en un momento de la conversación en las instalaciones de Diario de Jerez.
Lala Prieto en un momento de la conversación en las instalaciones de Diario de Jerez. / Manuel Aranda

En la charla que mantuvimos no dudó en narrar que, si comenzó apenas siendo una jovencita de diecinueve años, a los veinticinco, con el fallecimiento de su madre, dejó los atriles. “No era capaz de seguir porque mi seguidora número uno, mi madre, ya no estaba sentada en la primera fila. Así que decidí no volver a pregonar hasta que me cansé de decir que no a mi hermandad de Jesús y el pasado año hice el pregón del Nazareno”. Sus padres vuelven a salir en la conversación.

Apostolado

Otra de las características que la pregonera deja a las claras en esta especie de retrato que traemos hoy a las páginas de este periódico es su compromiso con el mensaje. “Tengo que ser fiel a mi estilo en el pregón. Si gusta más o menos, eso ya no depende de mí. Solo puedo decir que daré todo lo que tengo. Si hiciese algo con lo que no me identificara se me notaría”. Y añade que “es una oportunidad única porque cofrades y no cofrades que ese día escucharán a la pregonera. Ahí es donde quiero poner el foco porque a los cofrades ya los tenemos enganchados. Pero mi ilusión será captar la atención de los no cofrades. Tengo antiguos alumnos que vendrán a verme y será la primera vez que vengan a este acto. Mi intención será intentar, por todos los medios, atraerlos a las cofradías y a la religión cristiana”. Y añade que “es una oportunidad también para hacer el necesario apostolado”.

Apostolado y también declamación. “El pregón debería de estar bien escrito y en ello pongo todo mi esfuerzo. Sobre todo, en cuidar la métrica. Aparte de significar a la ciudad de Jerez y de ser vivencial, también debe de estar bien declamado porque se puede hacer un gran pregón y perderse por no leerlo bien. Y si un pregón menos bueno se declama bien suele al final gustar mucho”, sugiere la pregonera de 2024.

Lala Prieto será la tercera mujer que tenga el honor de hacer el pregón de la Semana Santa de Jerez. Ciertamente la balanza está excesivamente inclinada en el lado de los hombres. Sin embargo, este dato estadístico, para la economista Lala, no es un reflejo de que las cofradías sean machistas. “Sinceramente no lo pienso. Se trata de un cambio que irá produciéndose poco a poco, pero sin tener que forzarlo. Porque el hecho del papel de la mujer es una cuestión social. El pasado tiene una gran carga y sí que los hombres han sido en las cofradías los grandes protagonistas. Pero no siento machismo y sí un cambio que irá produciéndose poco a poco porque las cofradías también son el reflejo de la sociedad. Todo esto se llevará a cabo sin forzar nada”. Tampoco hay que darle muchas más vueltas al asunto. Lala Prieto será pregonera no por ser mujer sino por su valía y su talento. De otra forma se iría por el carril contrario.

Dijo un sí rotundo para dar el pregón de la Semana Santa. “No me lo pensé. Sí que es cierto que hace falta que la mujer vaya poco a poco teniendo un papel más relevante. Así que cuando me lo propusieron tenía la obligación de aceptar también por mi condición de mujer. No era mi caso el ser madre de un niño de seis meses porque mis hijos ya son mayorcitos y tengo el apoyo familiar suficiente como para poder dedicarle el tiempo necesario al pregón. Ahora reconozco que fui tremendamente inconsciente y dije, adelante”, comenta mientras ríe.

Su infancia

Lala rememora su infancia cofrade y mira a su hermano que tuvo gran influencia sobre ella. En medio de una familia que no es que no le gustara la Semana Santa, pero no participaba activamente de ella, nació un hermano cofrade hasta la médula. Luis Prieto, que será quien presente a la pregonera el día 17 de marzo en el Villamarta como no podía ser de otra manera.

Pero también la infancia de Lala Prieto se une en sus recuerdos con un pipo de caramelo que “no podía faltar nunca en los días de Semana Santa”, suscribe mientras sonríe y recrea el dulce momento. “Y por supuesto la tarde del Viernes Santo. En la puerta de la ermita de San Telmo, a las cinco de la tarde. Siempre con mi madre vestida de mantilla, mi padre con su traje y los tres niños muy bien arreglados. Esos son mis recuerdos de la Semana Santa de mi infancia”.

No cabe la menor duda de que los padres de Lala estarán en la primera fila de ese patio de butacas imaginario. Lala pondrá todo el énfasis posible en una mañana que ya se percibe como muy pasional. Ellos se recrearán cuando vean a aquella niña, que era una un cerillo de nervios y que no paraba, hecha toda una mujer mientras arroja ese ímpetu en los versos más bellos que haya podido componer para señorear a los días más sagrados de la ciudad. Esos días donde los azahares florecen en los naranjos, los inciensos perfuman las calles y los tambores rujen al compás.

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