Gastronomía
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El Martes Santo se vuelve a abrir con inspiración trinitaria

Humildad y paciencia

La hermandad de Humildad y Paciencia presentó a Jerez en su salida procesional la nueva hechura de su paso.

El Cristo de Humildad y Paciencia, plantado ayer en las estrecheces de la calle Fontana, rumbo a calle Arcos. Foto: Manu Garcia
Francisco Abuín

01 de abril 2015 - 01:00

Fue su segundo año en el Martes Santo, su segunda experiencia en la Carrera Oficial. La hermandad de Humildad y Paciencia lo hizo como ya lo mostraba en sus pretéritos años en el Sábado de Pasión con unas formas que siguen manteniendo y que le han hecho adquirir personalidad propia. Dicen los sanedrines cofrades que es una hermandad de 'laboratorio' donde el planteamiento estético está demasiado fabricado. ¿Y qué no hay fabricado en el resto de las hermandades? Cada una de ellas intenta buscarse un hueco en sus formas, dotarse de personalidad propia y diferenciadora para que los detalles, los momentos, sus andares, sus silencios o sus algarabías sean inequívocos signos que señalan a cada una.

Así, sin mirar atrás, la hermandad de inspiración trinitaria salió muy junta en su configuración en las calles, amparándose ella misma en torno al misterio de alegorías pasionales de la vieja imagen del Señor sentado sobre la peña de un imaginario Gólgota esperando el suplicio con humildad y paciencia.

Este año la hermandad se ha decidido por arrancar con el nuevo proyecto de paso de misterio, algo más grande que el anterior y cuyas hechuras se vieron ayer con el trabajo de carpintería ya concluido.

También ha avanzado en seguir buscando esos rincones por donde pasa e impregnar calles y plazas de su genuino sabor, espacios que mientras más recogidos sean mucho mejor.

Música de capilla, un cortejo corto que es necesario que crezca, eso sí, muy bien formado y elegante; un paso atractivo en su composición especialmente en lo floral, andas que apuntan al estilo de la cofradía, en el que sigue echando una mano el sacerdote octogenario Enrique Hernández, del que la hermandad se ha proveído de su talento artístico. Con música de capilla, andando de frente, como no podía ser de otra forma, el paso fue sincronía del todo de la hermandad.

La Humildad y Paciencia salió reivindicándose en sus formas y estilo, aportando otra impronta semanasantera jerezana aunque sus números son aún cortos.

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