La Reina de la Primavera

QUE nadie se enfade, pero hoy me toca hablar de lo que me toca hablar. Por algo dice el dicho -valga la redundancia- que "a los tuyos, con razón o sin ella". Y yo soy de Ella. De la dueña sin dudas de la primavera. La que dormita sus nanas musitadas en una capilla imperial, de esas que no salen en los libros, porque los libros aún no se han dado cuenta que deben hablar de esto, antes que hablar de otras cosas. Soy de Ella, porque me parieron de Ella, y de Ella me moriré -'tempus fugit' como diría mi vecino de rincón, Marco Antonio Velo- cuando toque ponerse la túnica negra por última vez. Así que ustedes disculpen esta falta de recato, pero hoy me pedía la mano escribir con destino a Las Angustias, y que me perdonen también por ello, mis amigos de San Dionisio. Es Viernes de Dolores, mi viernes más hermoso del año, y hoy toca rendir silencios ante la Virgen del silencio eterno, del llanto eterno, del suspiro eterno.

Una Virgen -mi Virgen- ante la que no caben resquicios a las sombras, a los temores ni a los vacíos, pues es llena de Gracia, y llena de luz.. y de Gloria. Madre bendita traspasada de dolor, y aún así serena en su llanto misericordioso; pequeña en sus formas; leve en los suspiros; grande en los recuerdos; y compañera siempre en las distancias.. Se rinde este viernes ante su mirada, como también se rendirá en tan sólo unas horas el Domingo de Ramos ante su presencia, cuando los melancólicos azahares de la Corredera comiencen a exhalar ese aliento que todos los años guardan para Ella, antes de decir adiós del todo al frío invierno que ya se va. Y se va, porque llega un nuevo tiempo revoltoso, que este año lo hace de la mano de Ella, de mi Virgen bendita de Las Angustias, la primera dolorosa de Jerez que este año se recogerá entre cirios, nacida ya la nueva estación. Ellá será la que este año tenga a su cargo abrirle las puertas de par en par cuando camine de recogida a su capilla ya entrado de lleno el día 21 de marzo, y sea Ella la que descorra despacio, sus cerrojos oxidados. Por algo es Ella y siempre lo será, la Reina eterna de la primavera.