1984: Semana Santa con Vuelta Ciclista, estrenos y 120 palcos
Una mirada atrás
Fue el año en el que ya no hubo salidas procesionales de cofradías el Sábado Santo y se arregló la torre de la Catedral

Jerez/El año en el que vio la luz Diario de Jerez, las cofradías estaban inmersas en numerosos estrenos mientras que la Carrera Oficial era inamovible con la gran tribuna del Gallo Azul como presidencia, un total de 120 palcos y unas 4.000 sillas.
En 1984, la Semana Santa terminaba en el viernes al entrar en vigor el mandato del obispo suprimiendo las procesiones el sábado. La Vuelta Ciclista a España recaló en Jerez pero a unas horas que permitieron cuadrar horarios para hacer compatibles la prueba deportivas y las procesiones.
La torre de la Catedral se arregló para evitar unos desperfectos que meses antes hizo temer el paso de las hermandades por el entorno de la Catedral y su interior. El capítulo de estrenos y novedades fue amplio. El Huerto estrenó los cuatro evangelistas de las esquinas de su misterio, obra de Paco Pinto, réplicas de los de Ruiz Gijón del Museo de Sevilla.
Salió dorado el paso del Prendimiento, obra de Manuel Calvo; el paso de la Coronación estrenaba la imaginería del canasto del paso, un total de 18 piezas; la Orden de San Juan de Dios regalaba a la hermandad del Cristo de la Viga una imagen en plata del santo fundador, que se ve en la calle de la candelería del palio; El Patrocinio estrenaba la calle central del manto, que no ha progresado ya que sigue saliendo lo mismo.
Se escuchó por primera vez en Jerez una capilla musical ante un paso. Esa novedad la aportó la Vera Cruz, que salía desde la calle Gaitan en un espacio creado a causa del cierre de San Juan de los Caballeros. El Amor salía de la Catedral.
Inédita baja asistencia al concierto del Soria 9
El pasado jueves tuvo lugar el reencuentro de la banda del Soria 9 con el público cofrade jerezano, un concierto que vino a retomar la costumbre de cada Cuaresma, suspendida hace algunos años, de la actuación de la formación musical militar.
Lo normal, en los años que esta cita tenía siempre fecha fija en la Cuaresma jerezana, el templo Capuchino se abarrotaba de público en cada convocatoria, al ser una actuación preferida por los cofrades y amantes de la música castrense dada la calidad de la banda y las escasas posibilidades que hoy en día existen para poder disfrutarla en directo.
La imagen que acompaña esta información es del pasado jueves. Se puede observar la escasa presencia de público durante el concierto, una clara muestra de lo que está provocando la epidemia.
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