Vía Crucis para el recuerdo por el fin de la pandemia y la llegada de la paz

Jerez/El gran acto de la Cuaresma de las hermandades jerezanas en la ciudad registró un elevado número de cofrades que se dieron cita en la Catedral para participar en el Vía Crucis de las hermandades. Fue un momento para el recuerdo si se tiene en cuenta que contó con la participación de tres imágenes sagradas y que fueron protagonizando, cada una de ellas, las distintas estaciones por el interior de la Catedral. Las cinco primeras corriendo a cargo de los hermanos de la Salud de San Rafael mientras que las siguientes fueron pronunciadas por los cofrades del Santísimo Cristo de las Almas de la Sacramental de Santiago. Las últimas estaciones corrieron a cargo de los hermanos de la Clemencia con la presencia de la Santísima Virgen de Salud y Esperanza.

Comenzó el acto con una ambientación y la salutación de monseñor José Rico Pavés, obispo de Asidonia-Jerez, que presidió el acto cuaresmal. Destacar que también participaron en la lectura de algunas de las estaciones el delegado diocesano, Joaquín Perea, desde la Asociación Santo Ángel una componente de la misma así como el presidente del consejo de la Unión de Hermandades, José Manuel García Cordero.

Las imágenes sagradas fueron las grandes protagonistas en un Vía Crucis que se ha organizado para dar gracias a Dios por la fase final de la pandemia que todo el mundo ha vivido en los últimos dos años. Salud, esperanza y paz para las almas de los que se fueron. Era todo el significado que este año el consejo ha querido lanzar en esta Cuaresma que inicia el camino hacia la Semana Santa.

La música, una vez más, sonó a gloria bajo la dirección de Ángel Hortas y la participación de de la soprano Laura Moyano, la mezzosoprano Zayra Ruiz. Sin duda que el reza cantando lo hace dos veces. Y anoche su pudo comprobar en el cuidado repertorio escogido para esta celebración.

Finalmente, José Rico Pavés ofreció la bendición y exhortación final para que seguidamente el Santísimo Cristo de las Almas se dirigiera hasta la parroquia de Santiago acompañado por la banda de cornetas y tambores ‘Zoilo Ruíz-Mateos’ y así quedar recogido sobre las 23.30 horas de la noche en su sede canónica.