El viernes esquiva la lluvia
Semana Santa 2019
Todas las hermandades decidieron retrasar una hora la salida desde sus templos para evitar el mayor riesgo de una lluvia que no apareció
Mucho público y magnífico ambiente
El Viernes Santo hizo un quiebro a las nubes y pudo ser posible la salida de las cinco hermandades, pese a que desde por la mañana e incluso por la tarde, la abundancia de nubes negruzcas en el cielo presagiaban una jornada pasada por agua. Así fue en ciudades cercanas a Jerez y en la zona de la campiña pero no en la ciudad.
Afortunadamente, los frentes de lluvia tiraron hacia otras geografías y Jerez se libró. Eso sí, la noche fue muy fría. Todas las hermandades se dieron una hora de retraso en sus respectivas salidas a fin de ajustarse al horario que los partes del tiempo predecían una importante bajada en la probabilidad de precipitaciones. Evidentemente, este retraso trastocó las horas de paso de las cinco cofradías, más en las recogidas. Magnífico ambiente en las calles, llenas de público para disfrutar del último día de cofradías, que pese al lamento de muchos sigue siendo así.
Abrió la tarde la Hermandad de Loreto y lo hizo muy dignamente con el estilo que ha adoptado, clásico, de cofradía romántica y con un cortejo más amplio este año, perfectamente ordenado dando una preciosa imagen en su conjunto. La particularidad fue el acompañamiento musical, llamando la atención un órgano portátil, denominado realejo, llevado por dos servidores que se ocupaban de desplazarlo a la vez que el músico, cofrade, vestidor y otras cosas más José Carlos Gutiérrez se ocupaba de tocarlo acompañado de una coral de cinco voces que, entre otras piezas, interpretaban las letanías del rosario en latín. Una original aportación más a la Semana Santa. Además, el realejo fue ‘vestido’ con diferentes piezas de talla dorada. El plateado paso de Loreto fue como siempre con los arreglos que se le han venido aplicando, adornado con flor de un tono morado claro. Posiblemente fue el último Viernes Santo en el que se vio este paso de Villarreal. Para 2020 podría estrenar el nuevo que realiza David Medina. Hubo representaciones del Ejército del Aire, de la aviación civil y de la asociación del antiguo Ala 22 de Jerez.
También se vio más amplio el cortejo de La Exaltación que desde su salida empezó a proclamar su identidad de barrio con elegancia y sin salirse de unos cánones estéticos propios más que dignos. Tal vez fueron demasiados espaciadas las parejas de nazarenos por la Carrera Oficial. La fuerza del paso de misterio se dejó notar en todo el recorrido al son de La sentencia, agrupación musical que ha bordado la Semana Santa. Como decía el anterior hermano mayor, el impresionante paso, al que le quedan alguna piezas de imaginería en el canasto, huele a pimientos fritos, en referencia a las muchas ferias trabajadas para pagarlo. La Concepción Coronada iba preciosa en su palio con la saya rosa de la Coronación, y rodeada de rosas y orquídeas en tonos malvas. Por cierto que la hermandad viñera está proyectando un nuevo palio totalmente distinto al actual. El proyecto aún no está cerrado. Por lo pronto tienen en sus manos un magnífico diseño de respiraderos.
Igual que sucedió en otros días, se vio un corte excesivo entre hermandad y hermandad a su paso por Carrera Oficial, espacio en blanco que fue tremendo entre Las Viñas y La Soledad. Esta última hermandad se echó a la calle ante una muchedumbre que llenaba el cruce de la iglesia de la Victoria y Ponce. Nada más salir el grandioso Descendimiento se escuchó la primera saeta por María del Mar Barea. Soberbio paso; impresionante en la calle que otro año fue con orquídeas moradas. Tras el paso se escuchó y muy bien la banda de La Caridad, que no se explica cómo no sale más en Jerez Y cerrando La Soledad. Con gran majestad el palio de la Dolorosa del clavo entre sus manos se puso en la calle para pasearse al compás delicioso y magistral de una cuadrilla de lujo, rematando todo este conjunto la banda Maestro Dueñas, soberbia en la interpretación y en el repertorio que interpretó. La parte más negativa fue ver los tremendos cortes que tuvo el cortejo de la cofradía en el recorrido de regreso.
El Cristo de la Expiración volvió a reeditar una salida multitudinaria en San Telmo. Fue el Viernes Santo del reestreno de la ermita tras la larga intervención a que ha sido sometida y que ha tenido como consecuencia una gran renovación de su interior y exterior. Estrenó el paso de palio una imagen venera, situada en la calle de la candelería y ante El Valle, una Virgen del Carmen de plata trabajada en orfebrería. Delicado el arreglo floral con rosas blancas y calas pequeñas de color rosa.
Se cumplió con la tradición de la petalada en la plaza Rafael Rivero, donde cada año se reúne más gente. Fue tremenda la bulla que allí se formó, incluso con algún pequeño disturbio. Desde horas antes de que pasara la hermandad por el lugar, las aceras estaban ya ocupadas. Cuando llegó el momento ni siquiera había espacio para que pasara la cofradía con los consiguientes empujones y apreturas. Debería señalarse este momento como un punto a tener en cuenta en el plan de seguridad de Semana Santa. Por cierto que el palio tuvo un parón para ajustarle la corona a la Virgen del Valle, lo que provocó algunos problemas en el resto del cortejo.
Solemnidad en el Santo Entierro. La hermandad se esmeró en resaltar los valores que encierra esta añeja corporación. La urna ganó mucho en su estética con los faroles que estrenó. Capítulo aparte merece la representación municipal. Fueron concejales del PP, Ciudadanos y del Gobierno local del PSOE. Eso sí, colocados como les dio la gana. Delante, en vez de atrás cerrando, la alcaldesa acompañada por los tenientes de alcaldesa y detrás, formando otra ‘presidencia’, los del PP. Realmente esto un puro cachondeo político en un acto en el que no caben este tipo de tonterías. El obispo Mazuelos y algunos canónigos fueron delante de la urna junto al Consejo. Solo 21 cofradías asistieron a la procesión.
La Piedad, una delicia en su maravilloso paso de palio, con el duelo ante ella, con san Juan amparándola, fue la mejor estampa del viernes. Qué pena que fallen las fuerzas abajo. Sigue siendo una asignatura pendiente. Este palio tiene que ir arriba y con las mejores formas costaleras, sin restar méritos al esfuerzo que hicieron los que la llevaron. Qué dulzura de manto, caídas, faldones y techo. Todo de una delicadeza que entra de lleno en la perfección. Pequeñas rosas champán formaban el arreglo floral. Lo mejor de lo mejor para cerrar el Viernes Santo aunque no todo el que lo ve sabe apreciar la grandeza de lo que se tiene delante.
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