Así fueron los besamanos y besapiés del quinto domingo de Cuaresma en Jerez
Cofradías
Una gran jornada de besamanos en los templos de la ciudad donde acompaño el buen tiempo con afluencia masiva de jerezanos y cofrades
Jerez/El Domingo de Pasión es la antesala a los días más esperados de los cofrades. Una semana, una, es la que separa a esta jornada para ver a la primera en plaza Aladro solicitando la venia para hacer estación de penitencia en la Catedral jerezana. Los palcos están ya prácticamente a punto de revista y los pasos están debidamente preparados en los templos a la espera de la Semana Santa. Días de fugacidad y que se disolverán como un azucarillo con la llegada del Domingo de Ramos.
Pero habrá que saborear lo que tenemos por delante. Y este de 2024 fue una jornada de besamanos de imágenes en mayúsculas. Cristo de la Expiración, Esperanza de la Yedra, Prendimiento… y así hasta la docena si las cuentas no le fallan al cronista.
Desde los cuatro puntos cardinales de la geografía cofrade, la ciudad se vistió de largo para recibir al Rey de Reyes que gobierna en la ermita de San Telmo. El Cristo vivo, que diría el gran Manolo Yélamo en su pregón. El Señor del Viernes Santo. Y en la Plazuela la joya de La Plazuela. La Esperanza que nunca debemos de perder con su manto verde y su mirada sesgada por el dolor.
La Sagrada Flagelación en la calle Medina que el pasado sábado presidió en Vía Crucis precioso por las Angustias. Y si levantamos la vista desde la calle Medina, la Coronación de Espinas en los Desamparados.
En la zona norte, la Virgen de la Soledad que ahí es nada. Bellísima como siempre gobernando en la Porvera. Otra Reina en la Merced, que es Madre de Misericordia y que tiene enamorados a sus hijos del Transporte. Y el Señor de la Defensión siempre cumbre de la imaginería española. El Señor de la Cena, del genial don Luis Ortega Bru, paseando su elegancia por San Marcos. Y en Las Viñas, María Santísima de la Concepción con su barrio reunido entorno a Ella. Intramuros la Virgen de las Aguas en la Lanzada y la Señora del Encuentro en la Misión Redentora.
Pero en Santiago, en donde todos encontramos el refugio, el Señor de los Señores. Nuestro Padre Jesús del Prendimiento. Obra cumbre que por muchos siglos que pasen sigue encandilando a todo fiel que se postra ante sus pies. Prendimiento divino y joya de Santiago. Con tan solo la presencia del Señor ya merece un Domingo de Pasión entero. Fiesta grande en el barrio porque el Señor ha descendido desde su altar para hacerse encontradizo con todos los que deseen pedirle con fe. Rey absoluto en la madrugada del Miércoles Santo que, como antesala a lo que ha de venir, volvió a asombrarnos a todos por si divina belleza.
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